
Los ajustes de la banca de los últimos años, que continuarán en los próximos ejercicios con las salidas de personal proyectadas y el cierre de sucursales, han empezado a dar sus frutos y ya tienen un reflejo en sus niveles de eficiencia, que se aproxima a los niveles reclamados por el Banco de España para impulsar la rentabilidad del sector.
Aunque el negocio todavía no es lo suficientemente rentable en nuestro país, como advirtió la semana pasada el consejero delgado de BBVA, Onur Genç, debido a las elevadas exigencias de capital, los costes operativos de las entidades han experimentado una fuerte bajada en dos años, de hasta en un 25%, y la eficiencia se sitúa en torno al 45% en las principales entidades.
En 2019 el Banco de España animó al sector a llevar a cabo un descenso de los gastos significativo, que suponía una disminución de esta partida en una quinta parte, para lograr un aumento de la rentabilidad, situando la eficiencia en el 45% o por debajo, incluso.
Desde entonces, el Santander ha reducido los costes en más de un 19% tras implementar los despidos de la integración del Popular y una parte del ERE puesto en marcha a finales del año pasado. De esta manera, su ratio de eficiencia por su actividad en nuestro país ha descendido del 55,4 al 48%. Previsiblemente, una vez ejecute por completo las salidas de personas pactadas y el cierre de poco más de 1.000 oficinas, este porcentaje mejorará.
En el caso de BBVA, su filial en España presentaba a cierre de marzo una eficiencia del 45,7%, es decir, 9 puntos porcentuales por debajo del primer trimestre de 2019, después de que sus gastos hayan disminuido un 8%. Este ratio será más bajo, previsiblemente, una vez acometa el ERE que está negociando con los sindicatos en la actualidad, por el que dejarán la entidad 3.450 trabajadores y desaparecerán 530 oficinas. En los últimos ejercicios, el banco ha venido ajustando su plantilla de manera ordinaria con planes de prejubilaciones. Solo en doce meses, el número del empleados del banco en el mercado nacional ha descendido en más de mil.
La entidad que registra la menor caída de costes es Bankinter, con un 25%, a pesar de que no ha llevado a cabo ningún recorte de personal relevante ni tiene previsto poner en marcha despidos colectivos. Tan solo ha llevado ajustes puntuales en el marco de la absorción de Evo para adecuar el nuevo modelo de negocio de esta entidad para que opere exclusivamente a través de los canales digitales. Si bien, Bankinter se ha caracterizado siempre por ser uno de los bancos más eficientes de nuestro país debido a que su estructura física es una de las menores. Su ratio de costes sobre ingresos es del 43%, en comparación con el casi 50% de hace dos años. En su caso, incluye la actividad en Portugal e Irlanda.
El Sabadell es otro de los bancos que de manera habitual controla los costes y mantiene a raya la eficiencia. De hecho, ha llegado a tener la más elevada del sector, por debajo incluso del 40%. A día de hoy, su ratio se sitúa en un 45,4%, experimentando un así un empeoramiento con respecto a hace veinticuatro meses, pero se debe a los costes extraordinarios de los ajustes que está implementando, con un ajuste de 1.800 empleados, y a la caída de los ingresos por las menores comisiones y por el impacto de los tipos en negativo. Aún así, el porcentaje de gastos sobre el margen bruto se sitúa en niveles que remienda el supervisor. En dos años, su partida de costes ha bajado en un 9%.
El resto de entidades cotizadas aún no ha presentado sus resultados. Unicaja y Liberbank lo harán en este miércoles, mientras que CaixaBank informará de sus números el jueves y serán los primeros que incorporan Bankia. Estos tres grupos tienen previsto llevar cabo significativos ajustes dentro de los procesos de fusión. CaixaBank ya explicado que reducirá su plantilla en 7.791 empleados, mientras que la nueva Unicaja-Liberbank podría recortar en unos 2.000 su fuerza laboral conjunta.
Palanca esencial
Para el organismo supervisor, los costes es la única palanca con la que cuentan los bancos para elevar su rentabilidad, una rentabilidad que a nivel global, incorporando los negocios fuera de España, tanto BBVA como el Santander ya han conseguido. Según algunos cálculos realizados por el Banco de España, los retornos del capital del conjunto del sector se situaría 2,2 puntos porcentuales por encima solo con un ajuste de los costes de 3.000 millones. Una cantidad que es relevante, sobre todo, por las inversiones que el sistema tiene que realizar para adaptarse al entorno digital, cuyo auge se ha acrecentado tras el estallido de la pandemia.
Las entidades señalan que los canales a distancia cada vez tienen un mayor uso y muchos clientes ni siquiera acuden ya a las sucursales. Esto permite una reducción importante de los costes, ya que son los usuarios quienes hacen sus gestiones.