
Dicho y hecho. La Caixa no ha tardado ni un día para adquirir acciones de CaixaBank y poder controlar, así, más de un 30% del grupo resultante de la fusión de esta entidad con Bankia. La institución que preside Isidro Fainé ha comprado, a través de su brazo inversor Criteria, ya un total de 8,74 millones de títulos, con lo que sobrepasa el umbral del 40%.
El BCE dio el permiso a La Caixa para superar este nivel de manera temporal con el objetivo de que en el futuro pudiera ostentar más de un 30% del nuevo campeón financiero español y que la integración siguiera adelante. Este nivel es clave porque, de los contrario, la Fundación catalana perdería beneficios fiscales al no consolidar como conglomerado la participación en el banco. En un principio, la idea era tomar un 1% de CaixaBank en el mercado por hasta 120 millones, aunque finalmente el proyecto y la ecuación de canje rebajaron esta cifra a menos de la mitad, unos 51 millones de euros con la toma de 25 millones de acciones.
La Caixa ya ha ejecutado un primer tramo de esta inversión. El paquete adquirido tiene un valor actual de 17 millones de euros. De esta manera la participación de la organización asciende al 40,021%.
Un vez se materialice la integración con Bankia, el Estado poseerá en torno al 16% del capital de la nueva CaixaBank, que estará comandada por José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar. En el consejo de administración estará sentado un representante del Gobierno con carácter dominical.
Aunque la regulación estipula diciembre de 2021 como fecha límite para que el Ejecutivo venda dichas porcentaje, todo apunta a que se volverá a modificar el periodo y ampliarse. Así, se ganaría tiempo para recuperar el máximo posible de las ayudas públicas inyectadas a Bankia, de 24.000 millones, en 2012. "No hay calendarios", explicó Goirigolzarri el viernes en la presentación de la fusión, en la que consideró que la operación era "la mejor alternativa" para que el Estado pueda recuperar las ayudas.