La banca española tienen fortaleza suficiente para afrontar el triple de la morosidad actual. Según el Banco de España, las entidades cuentan con unos colchones de capital que les permitiría dar "respuesta suficiente" para cubrir "un volumen de pérdidas equivalente a casi dos veces el volumen actual del crédito dudoso en el sistema", según señala en el Informe de Estabilidad Financiera publicado este lunes. En la actualidad, el sector financiero tiene unos 56.000 millones de euros en créditos dudosos, por lo que, en base a la previsión del organismo supervisor, podría absorber unos 100.000 millones de euros más.
Más concretamente, la institución encabezada por Pablo Hernández de Cos señala que las entidades pueden cubrir una subida de la tasa de mora de 8,2 puntos porcentuales que sumados al ratio actual de 4,6%, dejaría la morosidad en casi el 13%. Esto correspondería al 8,2% del saldo vivo de crédito actual, que se situá en 1.183 millones de euros, lo que acerca ese porcentaje a los 100.000 millones de euros. No obstante, el Banco de España añade que si a esto se suman las moratorias sobre préstamos y el programa de avales del Gobierno, "la capacidad de absorción de mora del sistema bancario aumenta significativamente".
La parte garantizada de los préstamos acogidos a los avales del ICO recibe una ponderación al riesgo del 0%, correspondiente al riesgo del soberano de España, al sustituir éste como garante al avalado en la medición del riesgo de crédito. Esto redundaría en una reducción de APR (Activos Ponderados por Riesgo) que, automáticamente, elevaría las ratios de solvencia, asevera el supervisor. "Este margen adicional puede ser necesario también para afrontar pérdidas inesperadas en otro tipo de activos, como los adjudicados (ladrillo)", añade.
Asimismo, el Banco de España recuerda que durante la crisis financiera de 2008, las entidades que habían acumulado un mayor colchón de provisiones redujeron menos el crédito que el resto, lo que tuvo efectos reales positivos entre sus acreditados, como fue el hecho de que cerrasen muchas menos empresas (hasta un 50% menos) que entre las compañías financiadas por entidades que no tenían colchón.
El supervisor apunta a que ante escenarios macrofinancieros adversos, los elementos de absorción de pérdidas "limitan un deterioro rápido de la solvencia", aunque depende de cuánto tiempo persista el deterioro. La previsión del organismo es que el efecto del coronavirus sea "muy elevado en el PIB" de 2020, pero que anticipa una cierta recuperación en 2021. Sin embargo, admite que es muy difícil cuantificar de forma exacta el impacto de la pandemia porque no tiene precedentes cercanos.
El Banco de España espera una evolución heterogénea de la solvencia para distintas entidades. "Aquellas que presenten una peor situación de partida en términos de solvencia y calidad crediticia pueden alcanzar niveles de solvencia significativamente inferiores", señala. Asimismo, espera un mayor deterioro de la solvencia en los bancos más expuestos a los sectores de actividad más golpeados por el virus. Según el documento, la banca española tiene la exposición media de la cartera de crédito de la banca a estos sectores es del 20% de la misma.
Impagos en el crédito al consumo
Por otro lado, el organismo prevé que la ratio de dudosos y el volumen de refinanciaciones (que continuaron bajando en 2019) crezcan por la pandemia. En la actualidad, existen diferencias entre carteras en términos de morosidad, siendo más elevada la cartera de empresas (6,3%) que la de hogares (4,1%). Sin embargo, en éste último caso, el de las familias, la institución espera que haya un "rápido" aumento de la morosidad en el segmento de los créditos al consumo.
El organismo prevé que, tras el Covid-19, continúe la tendencia de incremento de los depósitos vista de los últimos años (ante la falta de rentabilidad de los depósitos tradicionales por los bajos tipos), puesto que los clientes retirarán sus fondos de productos más arriesgados para proteger el ahorro.
Finalmente, el Banco de España espera un efecto negativo sobre la capacidad de generación de resultados por las entidades y, por tanto, la rentabilidad. "La crisis del coronavirus afectará adversamente al volumen de actividad económica y de crédito. Además, las pérdidas por deterioro aumentarán y el margen por intereses se deteriorará por el menor volumen de activos productivos", señala. Estos efectos sobre la rentabilidad de los bancos se transmitirán de forma distinta en las entidades en función de su exposición a los sectores y geografías más afectadas por la pandemia. Además, el entorno de tipos de interés bajos e incluso negativos se prolongará en el tiempo, limitando la capacidad de las entidades para elevar el margen de intereses.
