Empresas y finanzas

Turismo, transporte, comercio y motor, los sectores más golpeados

  • El estado de alarma hunde la actividad de la mayoría de la industria española
  • Las empresas exigen al Gobierno más ayudas económicas y moratorias o rebajas fiscales
Madrid fue la primera ciudad en ordenar el cierre de las terrazas. Foto: Efe

Apenas hay sectores que están sorteando la crisis sanitaria del coronavirus, pero dentro de los impactos generalizados, hay algunos que están sufriendo con mayor profundidad los efectos del estado de alarma y el confinamiento derivado de la crisis del coronavirus. El turismo y la hostelería, el comercio, el transporte o el motor sobresalen por encima de los demás. En los primeros, además, su problema se agudiza porque sus productos no son almacenables y, por tanto, ya todo son pérdidas. Una habitación de hotel, una cena en un restaurante, el asiento de avión o tren, el peaje de una autopista... ya no se consumirán.

En el turismo, la actividad ya es de prácticamente cero, según Exceltur. Las perspectivas apuntan a un impacto de entre 39.000 millones y 62.000 millones de euros, sobre una producción prevista de 158.000 millones. Una estimación que, además, con la prolongación del estado de alarma irán a peor. En empleo, los cálculos indican que pueden perderse cerca de 800.000 puestos de trabajo. El sector pide más ayudas y con una prelación especial.

La emergencia sanitaria también ha puesto contra las cuerdas al transporte y la logística. Las restricciones a la movilidad han obligado a las aerolíneas a dejar en tierra casi todos sus aviones y cancelar cientos de miles de vuelos. El tráfico aéreo en Europa prácticamente ha desaparecido (cae un 80%) y con él los ingresos. Un parón que ha llevado a las aerolíneas a reducir entre un 80 y un 90% su capacidad, recortar temporalmente el empleo y ajustar la flota.

Los empresarios piden más medidas para evitar la quiebra de sus negocios

El transporte de pasajeros por tierra y mar también está en mínimos con ocupaciones del 3,5% en autobuses interurbanos y del 5% en AVE y Larga Distancia. El frenazo de Renfe, que ha reducido un 90% su oferta de plazas, afecta de lleno a los fabricantes ferroviarios, que están llevando a cabo Ertes en sus divisiones de mantenimiento. A su vez, CAF, Alstom o Stadler han parado sus plantas hasta después de Semana Santa. Airbus también ha recortado su capacidad de producción .

Otros dos de los sectores más afectados son el de la hostelería y el del comercio. El primero da empleo en España a 1,7 millones de trabajadores y está completamente paralizado, y el segundo, que solo mantiene abiertas sus puertas en el caso de la alimentación, genera 1,3 millones de empleos. Tanto en uno como en otro se han iniciado Ertes de forma masiva. Los empresarios piden más medidas para evitar la quiebra de sus negocios. Su reclamación pasa, sobre todo, por una moratoria fiscal y una bajada de impuestos cuando acabe la crisis.

En automoción, las 17 factorías de España han parado su producción, con una oleada de Ertes que afectan a más de 60.000 trabajadores. Según la patronal de los fabricantes (Anfac), este parón provocará una caída en la producción de entre el 50% y el 60%, ya que se dejarán de fabricar 157.000 vehículos. Los concesionarios (Faconauto) estiman que se verán incluidos en Ertes 151.000 empleados y la patronal de la distribución (Ganvam) calcula que afectará a 25.000 personas -ya se han perdido 5.000 empleos de contratos temporales y de servicio no renovados-.

La demanda eléctrica, por su parte, bajó un 10% en la primera semana de confinamiento

En la banca se está produciendo un frenazo en la actividad destinada a particulares. Tanto los créditos para hipotecas como para financiar el consumo es prácticamente nulo. Pero, en empresas el negocio, aunque permanece bajo, se verá compensado por las líneas de avales del Gobierno. El gran temor será la gestión de las cuentas una vez pase el estado de alarma, por lo que están preparando medidas. Las entidades temen un fuerte repunte de los impagos de préstamos ante la subida del desempleo y menores ingresos por la caída de la actividad y por las moratorias en los préstamos a las familias más vulnerables, lo que supondrá una rebaja de los beneficios. Los analistas apuntan a un descenso de entre el 30 y el 50%.

En construcción, las obras continúan en un alto porcentaje, pero la mayoría están ralentizadas por falta de personal y suministros. La demanda eléctrica, por su parte, bajó un 10% en la primera semana de confinamiento. Las gasolineras han hundido un 90% sus ventas y auguran "el cierre definitivo de cientos" de ellas. Piden el establecimiento de servicios mínimos.

La otra cara de las 'telecos'

El sector de las telecomunicaciones se ha convertido estos días en uno de los artífices de la actividad económica del país. Gracias a la robustez de las redes de fibra óptica y de móviles, que ambas rinden al 100% sin menoscabo de calidad, permite que millones de profesionales puedan teletrabajar y conservar el ritmo de negocio. También reposan sobre sus infraestructuras la sostenibilidad del ocio online, la televisión en streaming y las videocomunicaciones de la población confinada. El impacto económico sobre el sector se mantiene estable, ya que el incremento del tráfico no se traduce necesariamente en alza de los ingresos, debido a la generalización de las tarifas planas.

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