
Estados Unidos y China podrían acordar una nueva tregua en su disputa comercial en vísperas de la cumbre del G20, que se celebra este viernes y sábado en Osaka (Japón), según informaba esta mañana el rotativo independiente hongkonés South China Morning Post. Pero el gigante asiático ha puesto sus condiciones. Entre ellas, la retirada del veto norteamericano a la fabricante de móviles Huawei, según The Wall Street Journal.
Según recoge The Wall Street Journal, que cita a funcionarios chinos conocedores de las negociaciones, China espera que Estados Unidos quite todos los aranceles que ha impuesto hasta el momento sobre sus exportaciones. También que reduzca la presión para que el gigante asiático aumente sus importaciones procedentes del país norteamericano.
Además, también este jueves el portavoz del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng, se ha mostrado firme contra el gobierno norteamericano en una rueda de prensa, según CNBC.
"Instamos a EEUU a que cancele de inmediato sus medidas de presión y sanción sobre Huawei y otras compañías chinas"
"Instamos a EEUU a que cancele de inmediato sus medidas de presión y sanción sobre Huawei y otras compañías chinas, e impulsen el desarrollo estable y saludable de las relaciones comerciales entre China y EEUU", ha declarado Feng.
Pese a estas condiciones, no está previsto que el presidente chino, Xi Jinping, tenga un tono de confrontación con su homólogo de EEUU, Donald Trump, antes del encuentro en Osaka, según los funcionarios chinos citados por WSJ.
¿Tregua a la vista?
Mientras la noticia de la posible tregua, conocida a primera hora, colmaba de optimismo a los mercados y provocaba alzas moderadas en Europa desde la apertura de la sesión, las líneas rojas establecidas por China han provocado un viraje a la baja en las bolsas del Viejo Continente.
Según recoge el medio hongkonés, que cita fuentes cercanas a los dos equipos negociadores, la nueva tregua comercial entre las dos mayores potencias económicas del mundo pondría en pausa una nueva ronda de aranceles estadounidenses a prácticamente todas las importaciones chinas por valor de 325.000 millones de dólares y se daría a conocer antes de la cumbre del G20 mediante comunicados en lugar de una declaración conjunta.
Asimismo, el objetivo de este nuevo 'alto el fuego' en la guerra comercial, que las fuentes sugieren que duraría unos seis meses, sería reanudar las conversaciones para resolver la disputa de una vez por todas.
Las condiciones de Xi
El medio indica que la primera condición que puso Xi Jinping para reunirse durante el G20 con Donald Trump fue que este detuviera su plan de poner en marcha aranceles adicionales a las importaciones chinas.
Finalmente, en el marco de la cumbre del G20 en la ciudad nipona de Osaka, los dos líderes mantendrán este sábado un encuentro para desbloquear las fallidas negociaciones o al menos acercar posturas para que la situación no empeore.
"La tregua ya se ha cocinado"
"Pero la realidad es que Trump podría cambiar de opinión a última hora", afirma la fuente citada por South China Morning Post, que añade que "la tregua ya se ha cocinado" y que sería similar a la de tres meses alcanzada en la anterior cumbre del G20, que tuvo lugar en diciembre de 2018 en Buenos Aires.
Trump reiteró este miércoles en Twitter que está "preparado" para imponer nuevos aranceles en caso de que fracase la reunión que mantendrá con Xi en Osaka, encuentro que tendría lugar el sábado a las 11:30 horas (las 02:30 en la España peninsular), de acuerdo con la Casa Blanca. Este jueves no ha tuiteado nada al respecto.
"90% del camino"
Por su parte, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, afirmó ayer que ambas partes estaban "al 90% del camino" de llegar a un acuerdo, y se mostró optimista sobre una "vía" para cerrarlo.
Las tensiones entre Washington y Pekín tienen sus raíces en el desequilibrio de la balanza comercial a favor de China, que exporta 419.000 millones de dólares más de lo que importa desde Estados Unidos.
Algunas diferencias parecen insalvables porque China no está dispuesta a cambiar leyes para que sus empresas estatales pierdan su ventaja contra las extranjeras y tengan que competir en igualdad, una de las peticiones de Trump.
Sigue sin haber tampoco una postura común en lo referente a los derechos de propiedad intelectual o a la transferencia forzada de tecnología, así como en materia de ciberseguridad.
El último capítulo del enconamiento del conflicto fue otra ronda de subidas de aranceles: EEUU los elevó al 25% para 200.000 millones de dólares en importaciones chinas, a lo que Pekín respondió con 60.000 millones en nuevas tasas.