El Banco de Inglaterra (BoE) ha cumplido con el guion esperado por los analistas para mover los tipos de interés, pero ha sorprendido con sus lúgubres previsiones. Su Comité de Política Monetaria (MPC, en inglés) ha decidido este jueves elevar el precio del dinero en 50 puntos básicos, desde el 1,25% en el que se encontraban hasta el 1,75%, el nivel más alto desde finales de 2008. El BoE no incrementaba los tipos en esta medida desde 1995. De hecho, se trata del aumento más fuerte desde que la institución se desvinculó del Gobierno británico a finales del siglo XX. El organismo monetario ha 'pisado el acelerador' ante la creciente inflación: los precios en Reino Unido ya está subiendo a un ritmo no visto en décadas (al igual que en otros países, España entre ellos). Y el BoE espera que las presiones inflacionistas continúen por encima del 13%, llevando a la economía británica a una larga recesión que comenzará antes de que termine el año.
Los inversores y analistas daban por hecho que el Banco de Inglaterra haría un sprint, y así ha sido. El propio gobernador del BoE, Andrew Bailey, admitió esta posibilidad el pasado junio. Finalmente, el organismo monetario británico ha incrementado los tipos de interés en 50 puntos básicos, algo que no hacía desde hace 27 años. El precio del dinero pasa a situarse en consecuencia en el 1,75%, un nivel que no se veía desde diciembre de 2008.
La decisión ha sido tomada con ocho votos a favor frente a uno en contra en el seno del MPC, según indica su comunicado. "Esperamos una votación de 7-2 a favor de una subida de 50 puntos básicos", anticiparon los analistas de Bank of America (BofA). El único miembro del organismo 'díscolo' esta vez prefería que el aumento hubiera sido más limitado, de 25 puntos básicos.
En la reunión del pasado mes de junio, el comité votó 6-3 a favor de un incremento de 25 puntos básicos. La falta de unanimidad sugería que la decisión de subir más agresivamente no iba a ser por amplia mayoría esta semana, pero el panorama ha cambiado.
El Comité de Política Monetaria del BoE se volverá a reunir el próximo 15 de septiembre. Sobre la posibilidad de nuevas alzas de los tipos, desde ING Economics consideran que teniendo en cuenta que solo uno se ha opuesto hoy al incremento de los tipos, sumado a que el banco central ha reiterado su voluntad de actuar "enérgicamente" para frenar la inflación, existe "una gran posibilidad" de otro aumento de 50 puntos básicos el mes que viene. "Particularmente si eso es lo que tanto la Fed como el BCE terminan haciendo también", aseguran.
Sexta subida consecutiva
La subida de tipos de este jueves ha sido la sexta consecutiva que vive Reino Unido. El BoE comenzó a endurecer su política monetaria elevando el precio del dinero el pasado diciembre. Pero en las pasadas cinco ocasiones las alzas acometidas por el MPC fueron de 25 puntos básicos.
¿Por qué el Banco de Inglaterra ha optado esta vez por ser más hawkish o 'agresivo', restringiendo su política monetaria con más firmeza? La respuesta está, una vez más, en la creciente inflación.
El índice de precios al consumo (IPC) en Reino Unido subió en junio al 9,4% anual (ver gráfico), un nivel no registrado en más de 40 años. Y cabe esperar que el pasado mes haya vuelto a incrementarse, en línea con lo que ha sucedido en su vecina la eurozona, donde el IPC marcó en julio un nuevo récord.
El BoE espera ver la inflación en el 13% y anticipa una pronta y larga recesión
La inflación está "muy por encima" del objetivo del BoE, en el 2%, tal y como admite la propia institución en su comunicado de este jueves. En el documento el Banco de Inglaterra destaca además que las presiones inflacionarias en Reino Unido y el resto de Europa se han intensificado significativamente, reflejando "en gran medida una casi duplicación de los precios mayoristas del gas desde mayo, debido a la restricción de suministro de gas a Europa por parte de Rusia y el riesgo de nuevas restricciones".
"Lo fascinante de la subida de tipos de 50 puntos básicos es que viene junto con nuevos pronósticos, que muestran una recesión que durará cinco trimestres desde fines de este año, con la economía contrayéndose en en más de un 2% en total entre el tercer trimestre y principios de 2024", apuntan los economistas de ING.
El banco central británico subraya que la subida de precios que se espera para la energía "exacerbará la caída de los ingresos reales de los hogares y aumentará aún más la inflación del IPC de Reino Unido a corto plazo".
De hecho, las estimaciones del BoE no son precisamente halagüeñas: contempla que el IPC escale sobre el 13% en el cuarto trimestre de 2022, y se mantenga en niveles muy elevados durante gran parte de 2023, antes de caer al objetivo del 2% dentro de dos años.
El IPC británico no alcanzaba una tasa del 13% desde 1980, esto es, desde la última parte de la profunda recesión vivida a finales de los 70 y principios de los 80 por la primera crisis del petróleo. Entonces la inflación en Reino Unido llegó a escalar al 15,1%, según los datos de la Oficina para Estadísticas Nacionales (ONS), aunque este organismo indica que las series históricas de entonces y la actual no son del todo comparables.

Así las cosas, el Banco de Inglaterra anticipa que Reino Unido entrará en recesión a partir del cuarto trimestre de este año. Prevé que los ingresos reales de los hogares después de impuestos caigan drásticamente en 2022 y 2023, mientras que el crecimiento del consumo se volverá negativo.
En detalle, las proyecciones contemplan que las "presiones inflacionarias internas se mantengan fuertes durante la primera mitad del período de pronóstico". Y añade que las empresas "esperan aumentar sus precios de venta notablemente, lo que refleja los fuertes aumentos en sus costos".
La institución monetaria subraya que todos los escenarios que ha elaborado "muestran una inflación a corto plazo muy alta, una caída del PIB durante el próximo año y una marcada disminución de la inflación a partir de entonces".
Para ING, las previsiones del BoE demuestran "hasta qué punto le preocupa que la escasez de trabajadores y los problemas de suministro puedan mantener la inflación elevada incluso cuando la economía se debilita".
La libra, perjudicada
Han sido precisamente las proyecciones económicas 'agoreras' las que han provocado caídas en la cotización de la libra frente al euro y el dólar, a pesar de que el alza de tipos habría favorecido a priori a la divisa británica.
En concreto, la libra ha bajado más de medio punto porcentual en su cruce con la moneda única, pasando a cotizar por debajo de 1,19 euros. Los descensos frente al dólar son algo más leves, aunque la divisa británica ve peligrar el nivel de los 1,21 'billetes verdes'.
Endurecimiento monetario global
La fuerte subida de los precios a nivel prácticamente global ha provocado que las principales entidades centrales del mundo hayan restringido sus estímulos monetarios a la economía, aún con el riesgo que ello implica de frenar el crecimiento económico.
La semana pasada la Reserva Federal (Fed) llevó a cabo una nueva subida histórica de los tipos en 75 puntos básicos en Estados Unidos.
La semana anterior fue el Banco Central Europeo (BCE) el que activó la primera alza del precio del dinero en la eurozona en 11 años, también en 50 puntos básicos. La zona euro abandonaba así de forma oficial los tipos de interés negativos por primera vez desde 2014.
La elevada inflación y el endurecimiento monetario agresivo en otras jurisdicciones han obligado al BCE a romper su hoja de ruta para no quedarse atrás del resto de bancos centrales. Solo un puñado de ellos mantienen los tipos bajos, destacando el Banco Popular de China y el Banco de Japón (BoJ).
Este martes el Banco de la Reserva de Australia (RBA) también ejecutó una subida de 50 puntos básicos hasta el 1,85%. La inflación en el país oceánico, que se sitúa en 6,1% y es la más alta en más de dos décadas, llegará al 7,75% en diciembre, de acuerdo a los pronósticos del banco central, que no descarta otro incremento de los tipos de interés en los próximos meses.