Economía

De aquellos polvos estos lodos: un déficit estructural descontrolado amenazará las finanzas públicas de España

  • Tres obstáculos estructurales presionan la sostenibilidad de las finanzas públicas
  • El déficit estructural lleva creciendo desde 2015, pero ahora está descontrolado
  • Cuando la crisis pase, la sostenibilidad de la deuda podría ponerse en duda
Foto de Alamy

España va a tener el dudoso honor de presentar el mayor desequilibrio fiscal en sus cuentas de toda la zona euro en 2020, 2021 y 2022. El descuadre de 2020 podría alcanzar el 12,2% del PIB (según la Comisión Europeo), el más elevado de toda la democracia. Bajo ese dato, que en gran parte se debe a un hundimiento de los ingresos y a un incremento del gasto por razones cíclicas (crisis del covid-19), se esconde un déficit estructural que lleva años creciendo. Este desequilibrio permanecerá cando España recupere la normalidad económica. Reducirlo en los buenos tiempos resulta vital para alcanzar unas cuentas saneadas que puedan dar más apoyo a la economía cuando llegue la próxima recesión.

Los elevadísimos déficits públicos de España hoy también son producto de años de inacción política para reducir la brecha estructural que lleva creciendo desde 2015 de forma ininterrumpida (aquellos polvos). Cuando la economía crece por encima de su potencial, este desequilibrio queda oculto parcialmente gracias a unos ingresos mayores, pero que son extraordinarios. Sin embargo, cuando la economía se contrae ocurre todo lo contrario: el déficit estructural queda a la vista junto al déficit cíclico, generando una cifra tan elevado como la de 2020 (estos lodos). El polvo que se lleva acumulando años ahora amenaza con convertirse en lodo del que resultará cada vez más difícil salir.

El déficit estructural comenzó a crecer en 2015
El déficit estructural comenzó a crecer en 2015

"Aunque el déficit ha aumentado con fuerza desde marzo por la pandemia, la trayectoria subyacente de las finanzas públicas españolas ya estaba en una pendiente descendente mucho antes del brote epidémico. De hecho, el saldo fiscal estructural empezó a crecer de nuevo en 2015. Antes habían venido varios años de mejora, resultado en gran parte del impacto de las medidas de austeridad implementadas por la primera etapa de Mariano Rajoy", señala Guillaume Derrien, economista de BNP Paribas, en una nota.

¿Qué es el déficit estructural?

El déficit público puede ser estructural o cíclico, aunque el que aparece en la noticias y demás medios es una combinación de ambos (el -12,2% del PIB previsto para este año es 6 puntos estructural y 6,2 puntos cíclico), que al final es el desequilibrio que se produce ese año entre los ingresos y los gastos públicos. El problema es que muchos ingresos y gastos pueden ser simplemente temporales (por ejemplo ingresos derivados de un boom inmobiliario) debido a la coyuntura económica, por eso instituciones como la Comisión Europea hacen esta división.

El déficit cíclico es el deterioro de las cuentas públicas producido por un descenso de la actividad económica (que reduce los ingresos) y la activación de los estabilizadores automáticos (que incrementa la partida del gasto). Por el contrario, el déficit estructural no se tienen en cuenta el estado de la economía, si no que se simula que la actividad funciona a su máxima capacidad (no hay ni boom ni recesión), un crecimiento permanente que generar unos ingresos y unos gastos que se mantendrán en condiciones normales.

Para ello, la Comisión Europea calcula cuál es el PIB potencial, para conocer ese estado de equilibrio permanente al que una economía crece. Si la economía está por encima de su potencial, se generan unos ingresos cíclicos que no se contabilizan para el déficit estructural, mientras que si está por debajo ocurre lo contrario.

Pues España lleva tiempo liderando el déficit estructural en Europa ante un desequilibrio permanente en sus cuentas, que ha quedado oculto tras años de un crecimiento económico vigoroso (rebasando el potencial) que generó unos ingresos fiscales más altos que se debían haber usado para reducir el déficit estructural y la deuda . Ahora que el PIB de España está lejos de ese potencial, la situación se complica y mucho. El economista de BNP Paribas comenta con asombro que "la Comisión Europea predice que el déficit público estructural de España seguirá creciendo hasta el 7,2% del PIB en 2022. Este sería el mayor déficit desde 2010 (2009 es un récord) y el mayor dentro de la zona euro". Sí, incluso mayor que el de Italia, que no llega al 6%.

El experto de BNP Paribas argumenta en un documento publicado por el banco francés que la posición de España es compleja, puesto que existen tres grandes obstáculos para reducir el déficit estructural: desempleo y pobreza, el envejecimiento de la población y un crecimiento potencial de la economía muy débil. Además, dos de estos tres lastres han ganado peso durante la crisis del covid-19.

El desempleo y la pobreza: más gasto

Aunque los mecanismos de retención de empleo (los erte, ayudas a empresas, avales de liquidez, retrasar los procedimientos de quiebra...) han ayudado a limitar el impacto económico en el mercado laboral hasta ahora, el desempleo español ya ha aumentado en 725.000 durante el año 2020. Una parte de ese empleo perdido podría no volver nunca si el covid-19 supone un antes y un después para el modelo de la economía española, muy intensivo en las ramas del sector servicios que requieren mayor contacto social.

"Las últimas previsiones del Banco de España reconocían que la crisis dejará su huella en el mercado laboral: no se espera que la tasa de desempleo vuelva a los niveles anteriores a la crisis antes de finales de 2023. En 2020, el gobierno ya ha implementado medidas para responder al deterioro de la situación social. El Ingreso Mínimo Vital se creó el pasado mes de junio con el objetivo de ayudar a un total de casi 850.000 hogares, el programa crecerá en importancia en 2021, y su presupuesto aumentará hasta los 3.000 millones de euros. Además, el IPREM, que es el índice utilizado para calcular la mayoría de los los beneficios sociales del país se ajustará al alza en un 5% este año. Este ha sido el mayor aumento anual desde la creación del índice en 2004", asegura el experto de BNP Paribas.

Si el Gobierno no busca la forma de generar unos ingresos estructurales (más impuestos o más altos) para cubrir estos gastos, el déficit seguirá subiendo e incrementando la montaña de deuda pública de España, que ya es bastante alta.

Unas pensiones muy altas y costosas

Como el resto de países avanzados, España se enfrenta a un drástico incremento en el gasto en pensiones por jubilación. "Sin embargo, el déficit del sistema de pensiones en España no se debe únicamente a un desequilibrio entre cotizantes y beneficiarios. El cálculo de las pensiones de jubilación en España es realmente 'generoso' si lo comparamos con otros países de la OCDE: en particular, la tasa de reemplazo (es decir, el porcentaje del último salario recibido en el momento de la jubilación) es superior al 80%, uno de los niveles más altos en los países desarrollados".

Para reducir este desequilibrio habría que tomar medidas por el lado de los ingresos, pero también por el lado del gasto. Sin embargo parece poco probable que los políticos se atrevan a reducir la generosidad de un sistema que nutre a una porción muy importante de votantes, que además se han convertido en un fuerte grupo de presión en los últimos años.

Un crecimiento potencial muy limitado

Este incremento de la deuda y del déficit se produce en el contexto de bajo crecimiento potencial, que limita la reducción de los desequilibrios a través de un aumento fuerte de la actividad. "La tasa de crecimiento potencial de España ya se había visto reducida por las sucesivas crisis de 2008 y 2011, y podría verse nuevamente afectada negativamente por el impacto del coronavirus".

El crecimiento potencial de España es de los más limitados de la zona euro
El crecimiento potencial de España es de los más limitados de la zona euro

El economista de BNP señala que la baja tasa de crecimiento potencial de España es relejo en parte el envejecimiento de la población del país, lo que reduce la contribución de la población activa al crecimiento económico. Pero este no es el único obstáculo. España no está invirtiendo lo suficiente. La inversión (formación bruta de capital fijo) como porcentaje del PIB sigue siendo inferior a la media de la Unión Europea... "la baja tendencia del crecimiento reduce el margen de maniobra de las autoridades para reducir significativamente la ratio de déficit público en el medio y largo plazo".

Desde la agencia alemana Scope Ratings ya advertían hace unos meses de que en España "es probable que el PIB se estanque en las próximas décadas. Las tendencias demográficas adversas contrarrestarán las ganancias esperadas en productividad y del empleo". Aunque la productividad seguirá creciendo (poco), una menor cantidad de personas disponibles para producir lastrarán el crecimiento potencial total del PIB, lo que hará que la carga de la deuda sea más pesada.

Pese a todo, resulta evidente que en la crisis económica actual es necesario un fuerte apoyo de la política fiscal. Además, gracias a las medidas puestas en marcha por el BCE y la baja inflación, los tipos de interés de la deuda de España se mantienen en niveles históricamente bajos. "Sin embargo, a largo plazo, las preocupaciones por la rápida acumulación de deuda podrían resurgir una vez que la crisis sanitaria haya pasado y la recuperación económica esté en buen camino. En respuesta al aumento del déficit estructural, a finales del año pasado la Comisión Europea manifestó que, entre otras medidas, podría condicionar parte de la asignación del Fondo Europeo de Recuperación. Además, hay que tener en cuenta que a finales de 2022, el ratio de deuda española podría acercarse al 125% del PIB, un aumento de más de casi 30 puntos del PIB por encima de los niveles anteriores al covid ", culmina el experto de banco francés.

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