
El déficit estructural de las cuentas españolas, que subirá a un 6% del PIB por la crisis del coronavirus, tardará en corregirse 10 años pese a que el Gobierno consiga reducirlo al ritmo que exige la Unión Europea (UE), 0,5 puntos del PIB anuales. El Círculo de Empresarios ha mostrado hoy su preocupación por "la normalización de un déficit estructural elevado" de cerca de 75.000 millones de euros, un porcentaje del PIB solo superado en el ámbito de la UE por Eslovenia, Eslovaquia y Rumanía.
El Círculo de Empresarios ha presentado el documento PGE 2021: Un déficit estructural que compromete la recuperación, en el que realiza un análisis de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2021. En la presentación del documento, que ha tenido lugar por videoconferencia, han participado el presidente del Círculo, John de Zulueta, y el presidente del Grupo de Trabajo de Economía y Unión Europea, Juan María Nin.
Los empresarios creen que el Gobierno ha inflado las cifras de ingresos en los Presupuestos. El organismo considera que "los Presupuestos Generales del Estado han de reflejar las previsiones más realistas porque de ellas depende su credibilidad y la capacidad de generar confianza en los agentes económicos y sociales". En cualquier caso, reconoce que "en un contexto extremadamente delicado como el actual, cambiante y sujeto a incertidumbre, hacer previsiones macroeconómicas no es fácil".
A su juicio, "los ingresos deberían calcularse con un criterio más conservador y los gastos deberían tener en cuenta los más que previsibles incrementos en ciertas partidas" El Círculo de Empresarios estima que las compras de vacunas, así como la prolongación de los Erte más allá del 31 de enero, que tendrá un 3.400 millones de euros, los gastos por incapacidad temporal (1.200 millones) o las transferencias a las CC.AA. y Corporaciones Locales (8.600 millones).
La organización admite que los Presupuestos han de tener un carácter expansivo para dar la cobertura necesaria a las familias, autónomos y empresas. Sin embargo, pide que "ha de responder a criterios técnicos, no a razones ideológicas o al cumplimiento de un programa de Gobierno elaborado antes de la llegada de la pandemia y, por tanto, desfasado en sus prioridades". A su juicio, "una situación excepcional requiere de medidas de apoyo excepcionales en el ámbito social, pero no debe hacer olvidar que, desde la Comisión Europea, se volverá a exigir una gradual transición hacia la consolidación presupuestaria". El Círculo de Empresarios asegura que unos Presupuestos tan expansivos no serían prorrogables ni viables en años posteriores.
Presión fiscal
El organismo asegura que sería necesario reconsiderar el incremento de la presión fiscal. "No es el momento porque lastra la recuperación de la actividad económica y, por tanto, del empleo. Además, limita la capacidad competitiva de las empresas en un entorno europeo donde se han generalizado las bajadas de impuestos y las ayudas directas", señala. "Las empresas y sus trabajadores han hecho notables esfuerzos desde marzo para superar las adversidades y el impacto de las medidas de confinamiento y las restricciones. Garantizar el empleo y la liquidez, ahora ya la solvencia, de las empresas no es compatible con subir impuestos al obstaculizar la frágil recuperación", añade.
A su juicio, "las subidas tributarias anunciadas y la creación de nuevos impuestos sin esperar una solución coordinada a nivel europeo no solucionan el diseño ineficiente del sistema tributario español, ya que no abordan una reforma fiscal integral que permita aumentar la competitividad, ampliar las bases imponibles y reducir la economía sumergida. En su lugar, se ha optado por incrementar sin una visión de conjunto y largo plazo el esfuerzo fiscal de las familias y empresas".