Economía

La absorción de los fondos de recuperación preocupa en Bruselas

  • Sánchez ha prometido una reforma administrativa para agilizar los trámites
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Reuters
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El fondo de recuperación de 750.000 millones de euros para superar la crisis causada por el covid-19 todavía está sobre la mesa de negociación. La llegada de la ayuda europea podría retrasarse al menos hasta la próxima primavera. Pero aunque todavía quedan meses para las primeras transferencias, en Bruselas ya se preguntan, entre el escepticismo y la preocupación, cómo será capaz España de absorber los 140.000 millones de euros que le han tocado del gran estímulo contra la pandemia.

Fuentes diplomáticas y comunitarias, enviados de otros Estados miembros y analistas consultados por elEconomista cuestionan si nuestro país podrá no solo gastar, sino invertir eficazmente y gestionar adecuadamente un volumen de fondos comunitarios dos veces superior al habitual en casi la mitad de tiempo, cuando somos el Estado miembro con el peor registro en la absorción de fondos comunitarios, y cuando tendremos otras partidas de la UE aún por agotar.

Esta vez, la batalla no será contra los socios del Norte para conseguir una respuesta solidaria frente a la crisis, como sucedió en primavera. Ni se peleará con Holanda para evitar una condicionalidad asfixiante de la ayuda, como ocurrió en la cumbre de julio. Los próximos años, España tendrá que luchar contra sus excesos burocráticos, los riesgos de la descentralización, la debilidad de su ecosistema innovador y la siempre amenazante sombra de la corrupción para impulsar un programa de transformación económica de proporciones faraónicas.

Como admiten fuentes diplomáticas en Bruselas, el "gran temor" de la Comisión es la absorción de los fondos. A España se le adjudicaron unos 72.700 millones de euros en ayudas no reembolsables y unos 67.300 millones de euros en préstamos del fondo de recuperación. El pasado miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, indicó que el Gobierno gastaría unos 72.000 millones de euros de la ayuda europea entre el periodo 2021-2023. Un total de 27.000 millones de euros serán ya incluidos en los presupuestos del año que viene.

La absorción de este volumen de gasto sin precedentes de manera eficiente representa un "desafío" admiten fuentes comunitarias, que añaden que el Gobierno español es "consciente" de la hercúlea tarea por delante. Por eso, Sánchez anunció al mismo tiempo una reforma administrativa, sin entrar en detalles, para reforzar estructuras, retocar normas y eliminar trabas para garantizar una gestión eficaz, impecable, transparente y ágil del gran estímulo.

La cantidad es muy superior a los 39.907 millones de euros en fondos de Cohesión que le corresponden a nuestro país para 2014-2020. El periodo de tiempo también es inferior. Los países tendrán hasta 2026 para gastar la ayuda frente al covid, mientras que en el caso de los fondos ordinarios son siete años más otros tres durante los cuales aun pueden enviar facturas. Además, nuestro país también tendrá que gestionar y gastar el elevado remanente del periodo plurianual que termina, y los fondos del nuevo presupuesto plurianual ordinario para el periodo 2021-2027 de algo más de un billón de euros para el conjunto de la UE.

"Absorber todos estos fondos de la UE podría resultar un desafío inmenso," señala Zsolt Darvas, del laboratorio de ideas Bruegel. Más aún porque como recuerda Darvas en un artículo publicado el pasado mes, nuestro país es el Estado miembro que peor ha absorbido los fondos comunitarios entre 2014-2020. Hasta ahora solo ha gastado algo más de un 35% de los fondos de Cohesión.

Fuentes diplomáticas españolas recuerdan que, aunque se esté cerrando este periodo plurianual, suele ser al final cuando se produce el mayor volumen de gasto, y terminamos utilizando todos los fondos comunitarios. Aun así, España terminó en 2016 absorbiendo el 91% de sus fondos europeos del periodo 2007-2013, inferior a la media europea del 94%, y en el grupo de cola con rumanos, malteses y croatas.

Además, como recuerdan desde el Ejecutivo comunitario, no solo se trata de gastar, sino de invertir eficazmente para reforzar el potencial de crecimiento. Se trata de evitar los errores del 'Plan E' de Zapatero, cuando se dedicó gran parte del estímulo a parques y rotondas. El Tribunal de Cuentas de la UE ya lamentó en un informe hace un par de años que, durante el periodo de 2007-2013, los Estados miembros "se centraron principalmente en la absorción y en la legalidad, pero no tuvieron debidamente en cuenta las consideraciones de rendimiento".

Las fuentes consultadas temen que la regionalización del fondo afecte a su gestión eficaz

Como explican fuentes diplomáticas, la ventaja respecto a los fondos comunitarios ordinarios será que las orientaciones de gasto del fondo de recuperación son menos rígidas, por lo que resultará más fácil diseñar proyectos que caigan bajo el paraguas del nuevo mecanismo. En línea con las prioridades de la UE, Sánchez anunció que los grandes objetivos serán la agenda verde (un 37% de los fondos), la transformación digital (33%) la cohesión territorial y la igualdad de género. Además, el control podría resultar menos extenuante en comparación con los fondos comunitarios ordinarios, ya que no se comprobarán costes y facturas, sino el cumplimiento de hitos.

Para la gestión de esta ayuda europea sin precedentes, el Gobierno creará una Comisión interministerial presidida por Sánchez y una Unidad de Seguimiento, también vinculada a presidencia. Sánchez también prometió reforzar la colaboración con las Comunidades Autónomas.

Las fuentes consultadas temen no obstante que la regionalización del fondo afecte a su gestión eficaz y a una inversión eficiente. Y apuntan que quedan puntos por aclarar, por ejemplo respecto al control de los hitos y los objetivos de las inversiones y reformas. ¿Estará centralizado en la Unidad de Seguimiento o será responsabilidad de cada ministerio?

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