Economía

La teoría que sostiene que el 'bazuca' del BCE y la Fed es más bien una 'manguera' que apaga la inflación

  • "Los resultados podrían ser más importantes todavía para la zona euro...
  • ... donde la compra de activos se llevó a cabo solo para elevar la inflación"
Foto de Alamy

Los programas de compras de activos a gran escala se han convertido en una herramienta más de la banca central desde la crisis de 2008. La implementación de estos programa en EEUU, la zona euro, Reino Unido... ha tenido efecto notables sobre los mercados financieros, reduciendo el interés que pagan empresas y gobiernos por emitir su deuda, reduciendo primas, incrementado la sostenibilidad de deudas que en otros tiempos hubieran sido insostenibles... Estos programas buscan mejorar las condiciones financieras en un intento por estimular la inversión, el consumo y el empleo, llevando la inflación al objetivo de los bancos centrales, como han asegurado desde el BCE. Sin embargo, varios economistas sostienen que estos programas (QE por sus siglas en inglés) podrían estar suponiendo un lastre para la inflación al tener una mayor incidencia en la oferta (capacidad productiva de un país) que en la demanda.

El Banco de los Países Bajos ha publicado un estudio esta semana en el que advierte de que los programa de compra de bonos a gran escala lanzados por la Reserva Federal de EEUU desde 2009 han tenido un efecto negativo sobre la inflación. Esta tipo de intervenciones en el mercado secundario de deuda (soberana y corporativa) han estimulado la inversión generando un exceso de capacidad en la economía que no ha venido acompañado de un aumento equiparable en el consumo. Este exceso de capacidad ha generado una presión a la baja sobre los precios de bienes y servicios que ha alejado al banco central del objetivo de inflación del 2%, concluyen Gregor Boehl (Universidad de Bonn), Gavin Goy (investigador del Banco de los Países Bajos), Felix Strobelc (investigador del Bundesbank alemán).

"Tanto la compra de bonos soberanos como la compra de activos corporativos mejoraron efectivamente las condiciones de financiación. Especialmente las compras de bonos corporativos facilitaron significativamente nuevas inversiones y aumentaron la capacidad de producción. En un contexto de una caída en el consumo, dominaron los efectos por el lado de la oferta, lo que provocó un efecto desinflacionario de alrededor del 0,25% cada año", aseguran estos expertos. Tanto la Fed como el BCE sostienen con diferentes estudios, que sus medidas, incluido el QE, han apoyado la inflación a través de una mayor demanda.

Esto ocurrió en EEUU, donde la Fed tiene un mandato dual (inflación y pleno empleo), por lo que en parte se puede justificar el QE, puesto que el auge de la inversión generó empleo y, probablemente, ayudó a reducir la tasa de paro. Sin embargo, el aplanamiento de la Curva de Phillips (relación entre desempleo e inflación) ha evitado que esa creación de empleo se traduzca en una mayor inflación salarial, que a su vez incrementase los costes laborales y los precios finales. El QE impulsó el crecimiento del PIB un 1,2%, según el documento, entre 2009 y 2015, empujado por un aumento neto de la inversión del 9%, que sin embargo vino acompañado de una caída del consumo del 0,7%.

Además, dichos economistas dejan un mensaje para el Banco Central Europeo, cuyo mandato se centra en lograr una inflación estable cerca del 2%: "Los resultados pueden ser incluso más importantes para la zona del euro, donde el programa de compra de activos (APP) del BCE se llevó a cabo explícitamente para estabilizar la inflación y las expectativas de inflación en un momento en el que aumentaban los temores de deflación".

Estos expertos citan un trabajo de Viral Acharya (estudio), profesor de Finanzas en el Stern School of Business de Nueva York, que en un trabajo de 2019 venía a concluir que la política monetaria expansiva en la zona euro acompañada de los programas de compras de activos a gran escala generaba una economía zombi (empresas que sobreviven pero que son incapaces de cubrir el gasto en intereses con su beneficio operativo durante tres años seguidos) y desinflación. Este muestra que el BCE " precisamente ha estrado trabajando en contra de su objetivo obligatorio de elevar la inflación cuando está por debajo de los niveles objetivo. Al evitar la entrada de empresas más eficientes que puedan reemplazar a los zombis, dicha política monetaria también reduce la productividad de la economía y, por lo tanto, también frustra su objetivo secundario de apoyar el crecimiento".

El exceso de crédito barato y liquidez tras la política monetaria ultra-acomodaticia del BCE parece haber evitado así lo que el economistas austriaco Joseph Schumpeter denominó destrucción creativa, un proceso en el que las empresas improductivas más débiles son expulsadas del mercado o al menos pierden significativamente su cuota de mercado frente a empresas sanas existentes.

"¿El exceso de capacidad de producción resultante por las supervivencia y proliferación de empresas zombis presionó a la baja los precios de producción y, en última instancia, deprimió los niveles de inflación de los precios al consumidor? Sí", concluye el autor.

Para finalizar, los autores el documento del Banco de Países Bajos señalan que en el futuro, además, habrá que estudiar el impacto de este tipo de programas sobre la desigualdad de la renta y los ingresos. El QE, a través de su efecto positivo sobre el precio de los bonos y otros activos financieros, podría haber incrementado en mayor medida la riqueza de los hogares que acumulan la mayor parte de estos activos, que habitualmente son los más ricos. No obstante, el efecto positivo del QE sobre la inversión empresarial también ha podido actuar de acicate para la creación de empleo, favoreciendo a aquellos que se encontraban en paro. Los expertos creen que esta es otra cuestión que requiere de mayor investigación en el futuro.

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