
Hace pocos días que el Gobierno dio a conocer los datos de paro y de afiliación que arrojaron en marzo el peor mes para el empleo en la historia de España -con un aumento de parados nunca antes visto y un récord de destrucción de puestos de trabajo-. Sin embargo, con el paso de las jornadas se atestigua que la foto demoledora que ofrecieron las cifras de ese día es aún más oscura e implica a más personas en el frenazo de la actividad productiva, algunas de ellas que ni si quiera aún habían comenzado a trabajar. Estos son 450.000 contratos que se tenían que haber realizado entre los meses de marzo y junio, en su inmensa mayoría para actividades relacionadas con el turismo y la hostelería, y que como consecuencia de la situación actual no solo en nuestro país si no en el conjunto de Europa y el mundo, no se llevarán a término ante el desplome de la demanda previsto para este verano.
"Hay que señalar que el impacto sobre el empleo no se limita a la destrucción de puestos de trabajo previamente existentes, sino que a estos habría que añadir las contrataciones de temporada que de forma habitual se realizan en el mes de marzo y que este año no se habrán realizado", apuntan desde Funcas.
En este sentido, al margen de que el mes de marzo de 2020 ya es el peor para la historia del empleo con un incremento de 302.265 parados respecto al mes de febrero -situando la cifra total en 3.548.312- y el número de personas afiliadas a la Seguridad Social fuese de 18.445.436, lo que supone que el sistema perdió 833.979 ocupados, se trata de unas cifras que reflejan el impacto de la crisis sanitaria sobre el empleo ya existente pero no el efecto sobre los nuevos contratos que se quedarán sin firmar durante los próximos meses por la crisis económica que ya es real y que en el caso de España amenaza con desarbolar todas las previsiones del sector turístico para este año, el que más empleo y riqueza aporta al país.
De hecho, según los cálculos de Funcas, la catástrofe experimentada por el mercado laboral en marzo ahondará en el mes de abril, anticipando una pérdida de 1,2 millones de afiliaciones entre los dos meses y que sumado a los 3,14 millones de trabajadores involucrados en ERTE supone una expulsión del mercado de 4,3 millones de empleados a causa de la pandemia y frenazo productivo tras el Estado de Alarma en solo 60 días.
Un verano "atípico"
Ahora bien, ni si quiera el agregado de expulsados del mercado laboral recoge el impacto en los empleos no generados. Según explican fuentes de Funcas a este periódico la contratación de estación ante una campaña típica de verano en España se hubiera saldado con 60.000 nuevos puestos de trabajo en marzo, 150.000 más en abril, otros 160.000 en mayo y 80.000 nuevos empleos en el mes de junio. Sin embargo, la realidad del momento hará diferir estas cifras, inalcanzables en la actual coyuntura de Estado de Alarma y con planes de desescalada del confinamiento domiciliario a partir de mediados del mes de mayo, lo que dejaría poco margen para un rearme de toda la industria hostelera y del turismo de cara a salvar esta campaña.
De hecho, este extremo es una quimera si además se tiene en cuenta que buena parte del rendimiento económico de este sector se produce gracias al visitante extranjero, y vista la situación en el resto de países occidentales y de todo el mundo, no invita a pensar en una vuelta a la normalidad por parte del entorno internacional que también ayude a levantar las perspectivas poco halagüeñas para este verano.
Desplome en las agencias de colocación
La pista de estas cifras que se analizan está en la principal fuente de recursos humanos para este tipo de contratación temporal y estacional: el desplome en las agencias de colocación de empleo. Desde la Asociación Nacional de Agencias de Colocación (ANAC) señalan que el 61% de las agencias de colocación de empleo doméstico han sufrido una caída de la actividad de más del 80% durante el 14 y 24 de marzo, según un estudio realizado por la asociación.
Pistas que también ofrecen los datos de facturación de estas compañías, donde casi el 41% de las agencias de colocación encuestadas ha declarado sufrir una reducción de ingresos del 75% con respecto a la semana anterior de haberse decretado el estado de alarma por el coronavirus. Y donde casi el 50% de las agencias han declarado estar tramitando entre una y tres bajas de afiliación de trabajadores en el sector a petición de las familias desde que se decretó el estado de alarma, mientras que el 34,1% de las agencias encuestadas han señalado que han tramitado entre seis y ocho bajas en el mismo periodo.