
La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha sido uno de los grandes asuntos que han condicionado a los mercados este año. Muchos días ha sido realmente el único y todo apunta a que lo seguirá siendo en 2020. Hace ya un año que las dos mayores potencias del mundo firmaron su primera tregua, con tal de negociar un acuerdo que acabara con su escalada de aranceles. A día de hoy tienen pendiente rubricar la "fase uno" de su pacto, como lo llama el presidente norteamericano, Donald Trump. Las noticias de este miércoles apuntan a que ambas naciones podrían acordar la retirada de una serie de tarifas a sus respectivas exportaciones en el marco de esta 'primera parte'. Sin embargo, el inquilino de la Casa Blanca se mostró ayer dispuesto a retrasar la paz comercial hasta dentro de un año. ¿Son ciertas sus intenciones? ¿Por qué querría dilatar las conversaciones con el gigante asiático?
En su última ronda de negociaciones al más alto nivel, celebrada a mediados de octubre en Washington, Estados Unidos y China pactaron lo que Trump llama la "fase uno" de su acuerdo comercial. Entre otras cosas, este acercamiento hizo que no entrara en vigor el día 15 de ese mes una subida al 30% de los aranceles sobre ciertas exportaciones del gigante asiático, por valor de 250.000 millones de dólares.
Los equipos negociadores de ambos países han continuado profundizando desde entonces en los detalles de la 'primera parte' del acuerdo. Se esperaba que Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, lo firmaran en noviembre. Pero no ha sido así, y sigue sin haber una fecha.
El Gobierno del gigante asiático ha presionado durante estas semanas para que, entre otras cosas, la Casa Blanca cancele las nuevas tarifas que entrarán en vigor el próximo 15 de diciembre, por valor de 156.000 millones de dólares. Por el momento siguen en vigor.
¿Acercamiento?
Sin embargo, las cosas pueden cambiar en los próximos días. Según informa Bloomberg este miércoles, China y Estados Unidos están cerca de acordar qué aranceles retirarán como parte de la "fase uno". Una noticia que impulsa a las bolsas europeas y Wall Street.
Cabe recordar que a principios del mes pasado el portavoz del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng, anunció que ambas naciones habían acordado retirar de forma progresiva sus respectivas barreras comerciales. Algo que apenas dos días después desmintió Trump rotundamente.
Excepto este cruce de declaraciones, todos los mensajes oficiales dados desde ambas partes se limitan a indicar que las negociaciones que se llevan a cabo son "constructivas". Unos detalles escasos que, no obstante, han sostenido el optimismo en los mercados. Pero como ya es habitual, Donald Trump echó un jarro de agua fría este martes sobre las expectativas de inversores y analistas.
15 de diciembre, fecha clave
"No tengo un plazo límite, no", dijo ayer a los periodistas sobre cuándo querría sellar el acuerdo comercial con China. "De alguna manera pienso que es mejor esperar hasta después de las elecciones [presidenciales de EEUU]", añadió. Los comicios norteamericanos, en los que Trump aspirará a la reelección, serán en noviembre de 2020.
Las declaraciones del mandatario invitaban a dar por hecho que EEUU activará el próximo día 15 los aranceles previstos. Y es que esa es la fecha clave para saber si Trump fue sincero o, sin embargo, fue de farol.
Trump está pensando más en su reelección que en cualquier otra cosa
"Si entre ahora y el día 15 hay alguna clase de retraso [de los aranceles], entonces de lo que habrán tratado estas últimas declaraciones de Trump es de tácticas negociadoras y de cierto postureo", apuntó este martes en un comentario David Lafferty, responsable de Estrategia de Mercados de la gestora Natixis IM.
"En estos momentos suena más a esto último, a postureo, porque ahora el presidente Trump está pensando más en su reelección que en cualquier otra cosa", añadió el experto.
Y es que, aunque es cierto que es la primera vez que el jefe del Ejecutivo de EEUU se muestra dispuesto públicamente a retrasar el acuerdo con China, también lo es que es una posibilidad que los analistas vienen anticipando desde hace tiempo.
Esty Dwek, responsable de estrategia de mercados globales de Dynamic Solutions (Natixis IM), explicaba en un informe del mes pasado que en el fondo "no hay prisa por [alcanzar] un acuerdo". El presidente "tendrá que navegar para asegurarse de que la economía y los mercados de EEUU no sufren demasiado como para dañar sus posibilidades" en las elecciones del año que viene.
Roces diplomáticos
Con todo, la incertidumbre está muy alta. Ello se debe a que más allá de las tensiones arancelarias están las diplomáticas.
Por un lado está el roce por las protestas pro-democracia que tienen lugar en la ciudad china de Hong Kong desde hace meses. El Parlamento estadounidense aprobó con amplias mayorías proyectos de ley que básicamente las respaldan. Y Donald Trump las firmó, como parte del proceso legislativo norteamericano y desoyendo las advertencias del Gobierno chino.
El gigante asiático lo ve como una intromisión en sus asuntos internos. Por ello avisó que habría "contramedidas" que posteriormente confirmó: ha prohibido a los buques y aeronaves militares de Estados Unidos hacer escala en Hong Kong.
Y por otro lado está la polémica por la minoría musulmana uigur de China. Hace meses que defensores de los Derechos Humanos denuncian que el Gobierno del país interna y vigila a los uigures y otras minorías musulmanas en la región de Xinjiang. Una reciente investigación de distintos medios internacionales (en España, solo El País), recoge estas prácticas del Ejecutivo chino.
En cambio, Pekín siempre ha defendido que solamente trata de hacer frente al extremismo, el separatismo y el terrorismo. Unas justificaciones que no han servido para evitar que la Cámara de Representantes de Estados Unidos haya aprobado hoy un proyecto de ley sobre la situación de los Derechos Humanos de la minoría uigur en China.
Como informa Europa Press esta normativa permitirá a Washington recrudecer las medidas y sanciones adoptadas contra Pekín al respecto. A principios de octubre, la Administración Trump amplió su 'lista negra' comercial con 28 compañías chinas de seguridad por este asunto.
La respuesta del gigante asiático no se ha hecho esperar: "Cualquier declaración y acto incorrecto debe pagar el debido precio", ha declarado Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores. "¿Cree que si Estados Unidos toma medidas para dañar los intereses de China, no tomaremos ninguna medida?", ha amenazado, según recoge Reuters.