
La gran banca española arranca un 2023 agridulce. La subida de tipos y el empuje del negocio permitió a los seis bancos cotizados (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) ganar 5.696 millones de euros durante el primer trimestre, magnitud que supera en un 13,9% la reportada un año antes y se distancian en un 10,88% de los 5.137 millones estimados por el consenso de Bloomberg. Pero las cuentas encajan un arreón de casi 1.120 millones por el impuestazo con el que el Gobierno prevé recaudar 3.000 millones en dos años para financiar medidas sociales a cargo del sector bancario y el negocio comienza a flaquear en España, con caídas dramáticas en concesión de créditos al hundirse la demanda ante la subida en vertical del euríbor.
Con todo, si se neutraliza el impacto fiscal, sumarían 6.815 millones en ganancia conjunta y coloca al sector en posición para cerrar un 2023 de récord históricos. Bankinter y BBVA lo han conseguido, de hecho, en el primer trimestre a pesar del tributo, con 185 y 1.846 millones, respectivamente de beneficio. Santander mantiene, en cualquier caso, el liderazgo en la clasificación, con 2.571 millones; seguida por CaixaBank (855 millones) y a distancia, Sabadell (205 millones) y Unicaja (34 millones).
Su traducción directa es que la banca comienza a recuperar niveles de rentabilidad no vistos desde hace más de una década y que baten el coste de capital. A la cabeza de este codiciado ratio destaca BBVA, con una rentabilidad medida sobre fondos propios sin intangibles o ROTE del 16,3%, seguida por Bankinter (14,5%) y Santander (14,38%). CaixaBank presenta un 10,5%, Sabadell el 9,9% y Unicaja se descuelga a la baja, con apenas un 6,5%.
Entre los principales motores de la cuenta figura la expansión del margen que obtienen por clientes gracias a la repreciación de la cartera crediticia de la mano del euríbor, hasta rozar el 3% de rentabilidad, y sin que aún penalice dicha variable la remuneración del pasivo porque las entidades son renuentes a abrir guerras en depósitos al contar con holgadas huchas de liquidez y ante el convencimiento de que no precisarán captar fondos significativos porque el crédito comienza a flaquear.
Esa expansión, unido al empuje que presentó su negocio durante el primer trimestre, disparó un 28,4% el margen financiero, hasta los 20.116 millones de euros. El margen bruto, partida que mejor refleja la evolución de los ingresos, se incrementó a su vez un 16,67% y sumó 26.281 millones, con la contribución añadida de la recaudación en comisiones.
La apuesta de la banca por ofrecer a sus clientes productos alternativos al depósito tradicional como fondos de inversión para que saquen el mejor provecho y rentabilidad a sus ahorros ha rendido frutos vía comisiones, y esta partida recibió además impulso con la comercialización de seguros y el creciente uso de tarjetas por parte de un ciudadano que ha perdido el miedo a utilizar dichos depósitos en detrimento del efectivo a raíz de las restricciones de la pandemia.