economía
Al final del camino, volvía a estar la energía nuclear. Tras décadas de sobrecostes, protestas públicas y catástrofes en otros lugares, China ha surgido como el último gran creyente del mundo, con planes para generar una cantidad ingente de este tipo de energía, rápidamente y a un coste relativamente bajo con el telón de fondo de un futuro sin emisiones de carbono.