Economía
Los problemas en la cadena de suministro estaban destinados a ser un mal temporal para la economía global, que desaparecerían cuando la reapertura transitara hacia la normalidad. Pero la variante Delta del coronavirus ha vuelto a golpear a las fábricas asiáticas, con interrupciones en el transporte marítimo, y amenaza con extender las complicaciones hasta el próximo año. A ello se une la crisis de chips, el fuerte encarecimiento de las tarifas de transporte marítimo y la subida de los precios energéticos en todo el mundo. El envío de un contenedor de 40 pies (una medida estándar) de Shanghái a Rotterdam alcanza los 14.000 dólares y de Shanghái a Los Ángeles, los 10.000 dólares. Las tarifas apenas llegaban a los 2.000 dólares antes de la pandemia. El comercio mundial todavía no ha salido de la tormenta perfecta.