elecciones eeuu
Cualquiera que mire a la calamitosa gestión de la crisis provocada por el virus SARS-Cov-2 en EEUU y la inexplicable cabezonería del presidente de EEUU, Donald Trump, a la hora de tomar medidas para frenar su expansión puede sentirse desconcertado. Es difícil entender cómo un país tan rico y avanzado es incapaz de detener el virus, realizar grandes campañas de salud pública y gestionar el cierre y reapertura de locales según varía la situación. Pero el propio Trump lleva varios explicando la razón de todo ello: en su opinión, el coronavirus y sus efectos no son más que una conspiración para destruir la economía del país justo antes de las elecciones y hundir su campaña electoral.