Internacional

Paschal Donohoe, el rival de Calviño que se quedó sin ser primer ministro por apenas 1.800 votos una década antes

  • El político es uno de los pesos pesados del Gobierno irlandés
  • Varadkar ha insistido en mantenerle como uno de sus cinco ministros en la coalición
Paschal Donohoe, ministro de Finanzas de Irlanda, presentando los presupuestos de este año. Foto: Reuters.

A primera vista, la carrera de Paschal Donohoe es envidiable. A sus 45 años, el ministro de Finanzas de Irlanda ha sido senador, diputado, secretario de Estado de Asuntos Europeos, ministro de Transporte y ministro de Hacienda antes de acceder a su poderoso puesto actual. Un puesto desde el que se ha situado como el principal rival de su homóloga española, Nadia Calviño, en la lucha por ser el próximo presidente del Eurogrupo.

Pero en su pasado siempre quedará una espinita clavada: la de no haber sido el primer ministro más joven de su país, un privilegio que recayó en su compañero y jefe de filas, Leo Varadkar. Y la culpa la tuvieron apenas 1.800 votos en las elecciones de 2007.

Donohoe estudió en el Trinity College de Dublín, donde despertó el interés de Procter & Gamble. La multinacional le cazó para su filial británica, en la que llegó a ser jefe de Márketing y Ventas. Pero su verdadera vocación estaba en la política, a donde llegó tras pasar apenas seis años en el sector privado. En concreto, se afilió a Fine Gael (FG), el partido democristiano asociado al PP europeo y tradicional 'hermano pequeño' del histórico duopolio que ha dominado la política irlandesa desde la independencia del país hace un siglo.

Primer intento fallido

Su primer puesto fue el de concejal en el Ayuntamiento de Dublín, donde ocupó varios puestos de responsabilidad. Su buen desempeño despertó el interés de la dirección del partido, que cumplía ya una década en la oposición. Su recompensa fue el puesto como candidato de su partido en la circunscripción de Dubín Central para las elecciones de 2007, en la que habían perdido su único representante en 2002. FG perdió de nuevo ante su 'hermano mayor', Fianna Fáil (FF), los grandes dominadores electorales del país. Y Donohoe se quedó a 1.800 votos de obtener un escaño. Una cifra que frenaría su carrera política, porque en Irlanda, las direcciones de los partidos se nutren casi únicamente de diputados.

Aun así, el partido no se olvidó de él. Donohoe fue designado como senador por la cuota proporcional que le correspondía al partido, y tuvo una segunda oportunidad de entrar en el Parlamento en 2009, en una elección parcial para sustituir a uno de los diputados electos hace apenas dos años antes, que había fallecido. Esta vez, la distancia fue el doble: 3.500 papeletas. Su momento seguía teniendo que esperar.

Y finalmente su hora llegó en 2011, en las siguientes elecciones. Esta vez le sobraron votos: fue el candidato más votado en la circunscripción. Y FG volvió al poder, como principal fuerza parlamentaria por primera vez en la historia. Y Donohoe no tardó en escalar el escalafón dentro de su grupo, hasta entrar en el Gobierno como secretario de Estado para Europa en apenas dos años, y en apenas otro año, ascendido a ministro de Hacienda. Pero los años que pasó en el Senado, esperando a su oportunidad, le acabaron costando caro cuando llegó uno de los momentos más importantes de su carrera.

En 2017, el primer ministro, Enda Kenny, anunció su dimisión por una mezcla de escándalos y la pérdida de diputados en las elecciones de 2016, que le obligaron a llegar a un incómodo acuerdo de legislatura con sus históricos rivales de FF. El puesto de líder del partido y primer ministro estaba vacante. Donohoe, como uno de los grandes pesos pesados del Gobierno, era uno de los favoritos a suceder a un líder que no había designado a ningún delfín. Pero había un problema: él no se había chupado los años de oposición que habían aguantado Leo Varadkar y Simon Coveney. No porque no hubiese querido: es que le habían faltado 1.800 votos. Pero la antigüedad era un grado y Varadkar, a sus 38 años, se llevó el premio gordo, con Coveney de 'número dos'.

Aun así, no todo le fue mal a Donohoe. En compensación, Varadkar le elevó a ministro de Finanzas y reforzó su poder en el Gabinete. Desde allí rompió con la ortodoxia conservadora y aplicó varios aumentos de impuestos -triplicó la tasa sobre la compraventa de vivienda y elevó el IVA de bares y turismo- para subir el gasto público y, a la vez, marcar el primer superávit del país desde la crisis de 2008.

¿Un futuro brillante?

Su desempeño al frente de Finanzas ha acabado siendo tan valorado por Varadkar que, tras las elecciones de 2020, que llevaron a un empate entre FF y FG y acabaron en una coalición inédita al 50% entre ambos enemigos históricos, Varadkar insistió en mantenerle en su cargo. Ahí sigue, como uno de los cinco miembros de FG en el nuevo Gobierno. A estas alturas, si hay una vacante en el liderazgo del partido, solo Coveney (Exteriores) podría plantarle cara en unas primarias.

La decisión de nominarle como candidato a presidente del Eurogrupo, sin embargo, indica la enorme confianza que Varadkar tiene depositada en él. Si nada raro ocurre para entonces, Donohoe se puede situar como el favorito para ser el próximo primer ministro.

Pero la gran ventaja para él es que FG, con una ideología democristiana clara, está ahora en ascenso, mientras que FF, cuya existencia solo tenía sentido dentro de la histórica guerra civil entre republicanos y exmonárquicos irlandeses, está buscando una nueva identidad. Enfrente, el que fuera brazo político de la desaparecida banda terrorista IRA, el Sinn Féin, se ha reinventado como un partido de izquierdas más o menos normal. FG fue el patito feo del sistema político basado en la guerra civil de 1922. Si ahora el sistema pasa a ser uno de izquierda-derecha, este partido puede ser uno de los grandes beneficiados. Y esta vez, a Donohoe ya no le falta ningún voto para estar en el juego.

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Comentarios 2

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Eso son.
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Los irlandeses que conozco, muchos, son todos borrachos, neuróticos o gays o las tres cosas a la vez.

Puntuación -1
#1
Usuario validado en elEconomista.es
grandezaliberal
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Esta Calviño representaba al comunismo español de Pedro y Pablo. Impensable en Europa. Y la prensa española o tonta o comprada, loando al personaje y no viendo lo relevante. Seguid así! Que periodismo! al nivel de los gobernantes y de los votantes!!

Puntuación 0
#2