El próximo jueves, Nadia Calviño sabrá si se convierte en la primera mujer en presidir el Eurogrupo. Aunque partió con ventaja, el camino se ha ido estrechando durante los últimos días a la ministra de Economía. Según coinciden las fuentes diplomáticas y europeas consultadas por elEconomista, Calviño lo tendrá "complicado", y no está garantizado que se lo vaya a llevar. "La elección estará muy ajustada", remata una fuente comunitaria.
Sus rivales son el ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, y su colega luxemburgués, Pierre Gramegna. La elección el próximo día 9 será probablemente por videoconferencia, aunque se barajó que los ministros volvieran a encontrarse por primera vez desde 'el gran confinamiento'.
Solo quedarán dos finalistas para el voto final, en el que el ganador deberá reunir el apoyo de 10 ministros de la Eurozona, de los 19 sentados en la mesa del Eurogrupo. Y se espera que el cara a cara sea entre Calviño y Donohoe.
Calviño parte como favorita no solo por su trayectoria o por el hecho de que su elección terminará con el techo de cristal para las mujeres en la institución. La elección del finlandés, Tuomas Saarenheimo, esta primavera para presidir la reunión preparatoria del Eurogrupo facilitaba que el puesto se quedará en el Sur.
Sin embargo, el Partido Popular Europeo puso los ojos en la silla, y empujó la candidatura de un veterano entre sus ministros del bloque del Norte: Paschal Donohoe. Su irrupción pondrá las cosas muy difíciles a la española para conseguir los tres o cuatro apoyos que todavía le faltan en la ronda final, según las estimaciones de este diario.
Los países clave
¿Cuáles son los votos con los que contaría Calviño? Salvo sorpresas de última hora, la ministra tiene el respaldo de los cinco ministros socialistas, incluido su voto.
El PPE publicó un comunicado este lunes dando su apoyo a Donohoe. Sin embargo, no todos sus ministros lo respaldan. El griego Christos Staikouras votará por Calviño. Y el holandés Wopke Hoekstra, respaldará a Gramegna, aunque en una ronda final en la que no esté el luxemburgués se inclinaría por Donohoe.
Francia es el voto indeciso que España ve más a mano. No solo por las buenas relaciones entre los países vecinos, y los Ejecutivos de Pedro Sánchez y Emmanuel Macron. Calviño mantiene una excelente relación de trabajo con su colega francés, Bruno Le Maire, también un gran defensor de la profundización de la eurozona como ella.
Sin embargo, París oculta sus intenciones. Nadie sabe aun qué harán. El Gobierno galo está intentando colocar a uno de los suyos en la dirección del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo. Pero si Madrid se inclina demasiado por los franceses podría dañar el respaldo italiano, incluido en el bloque socialista, ya que Roma también busca la silla del BERD.
Si finalmente Calviño suma a Le Maire, al menos para la ronda final, tendría el respaldo de París y Berlín para presionar y conseguir tres votos entre los países más pequeños. Un factor que puede ser determinante, opina una fuente europea.
Sin embargo, se trata de una estrategia arriesgada. Los socios pequeños ya han aireado en el pasado su malestar cuando son arrinconados por las mayores economías. Además, al ser el voto secreto, no habría consecuencias por rebelarse contra los grandes. Y aunque Alemania ha expresado su apoyo firme a Calviño, no está del todo claro hasta qué punto Francia se quiere involucrar en su batalla.
El perfil técnico de la española, gran conocedora de los dosieres y antigua directora general en la Comisión Europea, puede caer bien en Vilna
La ministra tendría un caladero reducido para intentar conseguir esos tres votos que le faltarían. Los candidatos más probables serían Finlandia, Bélgica, Chipre y Lituania. Aunque la ministra finlandesa, Katri Kulmuni, es liberal y su país pertenece al bloque de los 'halcones', la primera ministra del país, Sanna Marin, es socialdemócrata y su Gobierno da mucha importancia al género (los cinco partidos de la coalición están liderados por mujeres).
Lituania es un país asociado a la nueva liga hanseática, que se opone a la eurozona reforzada que abandera Calviño. Sin embargo, su ministro Vilius Šapoka (y su Gobierno) es de carácter tecnócrata. El perfil técnico de la española, gran conocedora de los dosieres y antigua directora general en la Comisión Europea, puede caer bien en Vilna.
Belgica apoyará en un primer momento a Gramegna, principalmente por el vínculo del Benelux. En una hipotética ronda final sin él, su voto podría ser conquistable. En debates recientes sobre el fondo de recuperación se expresaron con posiciones cercanas a Madrid. Sin embargo, no sería sencillo, apuntan las fuentes consultadas. Tanto dentro del Eurogrupo como entre los Gobiernos han mantenido posiciones mucho más cercanas con Dublín que con Madrid.
No es el mejor momento para Calviño para pescar votos en el campo de los 'halcones'
Ganarse a los chipriotas implicaría pescar en el caladero del PPE, en donde siempre han sido muy leales. Sin embargo, la pertenencia al bloque del Sur, y la ayuda que pueda prestar el griego Staikouras, podría inclinar la balanza a favor de la española.
Una fuente comunitaria comentó que no es el mejor momento para Calviño para pescar votos en el campo de los 'halcones', porque "lo más probable es que tendrá que dar garantías de que defenderá una condicionalidad fuerte en el fondo de recuperación" o la reactivación del Pacto de Estabilidad más pronto que tarde.
Por eso Calviño intentó tocar sus teclas en la carta de su candidatura, subrayando constantemente la importancia de la "sostenibilidad de las cuentas públicas".
Perfil de consenso
Por lo tanto, la española debe asegurar los cinco votos socialistas (España, Portugal, Italia, Alemania y Malta) y de Grecia, atar a Francia, y conseguir tres de los cuatro potenciales, que podrían ser Finlandia, Bélgica, Chipre.
Dado lo ajustado de la batalla entre Calviño y Donohoe, los defensores de Gramegna insisten en su perfil de candidato de consenso. Además, recuerdan los altos cargos de España (Alto Representante, vicepresidente del BCE, Autoridad Bancaria Europea) e Irlanda (economista jefe del BCE, la Agencia Europea del Medicamento y la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales) para pedir el puesto para Luxemburgo.