Redactor de elEconomista
Previa de resultados

Repsol presentará este jueves sus resultados de 2023, un año en el que el beneficio bruto de la petrolera española recuperará cifras más normalizadas, después de un 2022 extraordinario que supuso el récord histórico de la firma en beneficio bruto. La compañía ha sido capaz de superar el dividendo comprometido en su plan estratégico hasta la fecha, y el consenso de analistas que recoge FactSet espera que el dividendo se incremente hasta los 87 céntimos en 2025, fecha en la que Repsol se había comprometido a repartir 75 céntimos en metálico.

La periferia lidera el crecimiento

La recuperación de las economías de la periferia europea tras la crisis del Covid está siendo distinta de lo que habrían deseado los países del núcleo del Viejo Continente. El PIB nominal de los países periféricos ha cerrado 2023 mostrando una recuperación más fuerte en Portugal, Grecia y España que en Alemania y Francia, según los datos que recopila Bloomberg, y en el último año España ha liderado el crecimiento de la región. Ahora, Citi entona el 'mea culpa' y reconoce haberse equivocado con sus estimaciones previas para los países de la periferia. El banco estadounidense analiza los puntos fuertes que han permitido a estos países sorprender positivamente en el último ejercicio, y augura un 2024 en el que España repetirá como la economía que más crecerá entre los principales de la zona euro. Entre los catalizadores que van a impulsar a nuestro país, según Citi, destaca el aumento del empleo y la productividad, y también el repunte de las exportaciones, no sólo de servicios turísticos, sino también de bienes. Pero no son los únicos motores que llevarán a España a encabezar el crecimiento del PIB en la región este año.

Política monetaria

Los tipos de interés que establece el BancoCentral Europeo (BCE) para la economía de la zona euro marcan las condiciones de financiación de referencia para el bloque, un factor determinante para enfriar o recalentar la economía en función de lo que el banco central considere adecuado: si consideran que la inflación es excesiva, o corre el riesgo de enquistarse, suben tipos para reducirla, y viceversa. Ahora, los mercados han asumido que 2024 será un año de recortes agresivos en el precio del dinero, los primeros desde 2016, y a día de hoy esperan que sea el BCE el que dé el pistoletazo de salida a este proceso. La gran duda, que cada vez más analistas plantean, es que el organismo vaya a terminar acometiendo un recorte de tipos tan fuerte como han comprado los inversores, y argumentan que la pelea contra la inflación no se ha ganado todavía, y que es probable que el incremento de los precios sea tozudo y no permita al banco central llevar a cabo recortes tan agresivos como se está poniendo en precio. Hay factores, como el avance salarial y los estímulos fiscales, que complicarán la tarea.

Materias primas

El petróleo necesita los recortes de producción que está llevando a cabo la OPEP+ (el cártel que recoge a la OPEP y sus aliados externos) para intentar mantener un equilibrio entre la oferta y la demanda y, ni siquiera estos van a ser suficientes para evitar que haya un exceso de producción de esta materia prima durante el año 2024. Esta es la conclusión a la que llega la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su primer informe del ejercicio, en el que avisan que, después de cerrar el 2023 en equilibrio, en 2024 el crudo va a volver a entrar en una situación de sobreoferta, un desequilibrio que suele presionar a la baja a los precios del recurso energético. La AIE cifra en una media de 800.000 barriles diarios la cantidad de crudo que va a sobrar, después de recortar a la mitad su previsión de aumento de demanda este año, e incrementar la estimación de producción que llegará por parte de los países que no forman parte de la OPEP+, como EEUU, Brasil, Canadá o Guyana.

Entrevista

A comienzos de 2023, justo después de haber terminado el año de caídas históricas en los precios de la renta fija, el consenso de analistas tenía muy claro que el temporal ya había pasado, y encontrar un analista que advirtiese de los peligros que todavía podían esconder los bonos era más difícil que hallar una aguja en un pajar. José Miguel Maté, CEO de Tressis SV, era esa aguja, y avisaba en elEconomista.es de que todavía había que tener mucha cautela con este tipo de activos, ya que el mercado no estaba descontando, entre otras cosas, el recorte de balance por parte de los bancos centrales. Su previsión fue acertada, ya que se produjeron pérdidas por precio en casi todas las categorías de deuda en los primeros tres trimestres del ejercicio.

Encuesta Bofa

La encuesta a gestores de fondos que elabora todos los meses Bank of America ha continuado en febrero la tendencia que se empezó a ver durante el primer mes del ejercicio. Ya en enero se apreció una mejora de los gestores sobre el panorama macroeconómico, pero los resultados en esta ocasión han sido especialmente optimistas en este sentido, y han llevado a los encuestados a regresar a la bolsa, de forma general, por primera vez en dos años, y a favorecer sectores cíclicos, considerados de más riesgo, como la tecnología o la bolsa estadounidense, incrementando la exposición de este tipo de activos hasta niveles que no se habían visto desde antes de que comenzase la subida de tipos de la Fed y el BCE.

Política monetaria

Lo habitual en la política monetaria es que los bancos centrales se muevan siguiendo el esquema líder-seguidor, un régimen por el cual la Reserva Federal estadounidense, el principal banco central del planeta, lidera al resto de bancos centrales con sus políticas. Lo normal es que la Reserva Federal estadounidense siempre empiece los procesos de subidas o recortes de tipos antes que el resto de bancos centrales, ya que estos se adaptan a las medidas que toman los políticos monetarios de la principal economía del mundo. En este ciclo de recorte de tipos que se avecina todo apunta a que no se va a dar esta situación, y que el BCE bajará el precio del dinero antes que la Fed. Así lo espera el mercado, y los indicadores adelantados de inflación de largo plazo apuntan en la misma dirección, confirmando que el BCE está muy cerca de cumplir con su objetivo, pero que la Fed todavía tiene trabajo por delante.

Política monetaria

Uno de los mayores peligros que pone en riesgo el cumplimiento del objetivo de inflación del Banco Central Europeo (BCE) es la evolución de los salarios en el Viejo Continente, el temido efecto de segunda ronda. La posibilidad de que se forme una espiral inflacionista por la subida salarial, a medida que los trabajadores negocian mejores condiciones para poder combatir el aumento del coste de la vida, es algo que el BCE quiere evitar a toda costa. Para poder vigilar más de cerca la evolución de los salarios, el organismo ha elaborado un nuevo indicador adelantado de salarios con el que van a poder medir el pulso a las negociaciones salariales que se están produciendo. La primera lectura del nuevo índice salarial no es halagüeña: apunta a que todavía no se ha tocado el techo en el aumento salarial, algo que podría generar repuntes inflacionistas y retrasar el momento en el que el organismo comenzará a bajar los tipos de interés en la eurozona.

Balance en la renta fija

Las ventas de deuda soberana estadounidense han sido la tónica general durante la última semana, y han llevado al bono estadounidense con vencimiento a 10 años, el T-Note, a terminar el viernes con el mayor nivel de rentabilidad a vencimiento que se ha visto en todo el año, el 4,18%. El temor por un nuevo repunte inflacionista, aunque pueda ser puntual, ha contribuido a convencer a los inversores de que el recorte de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed)puede no llevarse a cabo tan pronto como se está descontando, lo que habría generado la reacción de ventas generalizadas en los últimos cinco días. Después del repunte del viernes, de 3 puntos básicos, aproximadamente, en el bono americano a media sesión de bolsa europea, el inversor ya pierde más del 2,4%por precio con el título desde el primer día del ejercicio.

Coste de los fletes

La crisis del Mar Rojo, que ha forzado a las navieras a tomar rutas alternativas, más largas, para evitar los ataques de los piratas en la zona, es un espejismo que esconde una situación de gran sobrecapacidad en el negocio del transporte marítimo, con contexto que promete un mal año para las empresas del sector. Las navieras han reaccionado en los últimos años con un incremento de su capacidad tras la crisis de los cuellos de botella que generó la salida del Covid, pero el comercio mundial está sufriendo la ralentización del crecimiento económico, y todo apunta a que sobrarán barcos de transporte, este mismo año o en 2025, una vez se solucione la crisis del Mar Rojo. Maersk lo ha avisado este jueves en su presentación de resultados, y las malas perspectivas que ha publicado la propia compañía para su actividad han hundido su cotización más de un 16%, la tercera peor sesión bursátil de su historia.