Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

China está a punto de alcanzar la 'orilla' del mundo desarrollado. Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, su renta per cápita en paridad de poder adquisitivo superará este año los 22.000 dólares que marcan esa frontera. Pese a no haber alcanzado todavía de forma oficial esa meta soñada, China ya sufre muchos de los problemas de los países avanzados (envejecimiento, bajo crecimiento de la productividad, sectores muy endeudados...). Entre estos problemas, hay uno que es realmente curioso: a China le sobran universitarios y le faltan 'curritos'. Este es un problema típico de economías muy avanzadas, pero que curiosamente ha 'atacado' a China antes de lo previsto, generando una divergencia en el mercado laboral preocupante y peligrosa. El 'gigante asiático' parece haber dejado atrás el conocido punto de inflexión de Lewis (Lewis turning point), para adentrarse ya en una etapa más madura de desarrollo laboral.

ECONOMÍA

El Banco Central Europeo (BCE) cumple años, aunque la realidad es que tiene poco que celebrar. Los precios en la eurozona suben a un ritmo que más que triplica el objetivo de inflación de la institución y algunos componentes como los alimentos no muestran signos claros de moderación. No es de extrañar que el BCE se encuentre en su vigésimo quinto aniversario en medio de una crisis. En su corta vida, los diferentes presidentes de la institución y sus Consejos de Gobierno se han enfrentado a cinco crisis de naturaleza muy diferente: el estadillo de una burbuja tecnológica en Estados Unidos; una crisis financiera aliñada con una burbuja inmobiliaria en varios países del euro; una crisis de deuda soberana que casi acaba con la moneda única; una pandemia mundial... y cuando ya parecía imposible que la situación empeorase, llega la mayor subida de la inflación en décadas, junto a una guerra en territorio europeo.

El petróleo ha registrado caídas en su precio semanal en cinco de las últimas seis semanas. De este modo, el crudo Brent, de referencia global, se aleja de los 80 dólares por barril, mientras que el West Texas lucha por mantenerse en los 70 dólares. Estas caídas, además, vienen acompañadas por un fuerte incremento de las posiciones bajistas netas en el mercado (inversores que apuestan a que el crudo va a caer). Esta 'debacle' coincide con unos fundamentales especialmente fuertes: récord de demanda y una oferta constreñida por Rusia y la OPEP. Esto está generando una divergencia importante en el mercado de petróleo: el precio y los inversores ven una cosa, mientras que los fundamentales ven la contraria.

El precio de la vivienda ha sufrido ya importantes caídas en los mercados inmobiliarios más calientes del mundo durante 2022. La fuerte subida de los tipos de interés ha provocado descensos en los precios nominales desde Nueva Zelanda hasta Alemania. No obstante, en las últimas semanas se ha comenzado a producir una suerte de ilusión o espejismo: el mercado inmobiliario global se está estabilizando. El fin de las subidas de tipos parece haber relajado los intereses hipotecarios en economías como EEUU, lo que a su vez ha mejorado el sentimiento del mercado. Sin embargo, varios expertos creen que esta estabilización solo es un 'descanso' (el sosiego que reina en el ojo de un huracán) antes de que se produzca una caída mayor en los precios de la vivienda. Los tipos de interés (tardan tiempo en llegar por completo a la economía real) solo han inoculado la mitad del 'antídoto', todavía queda sufrimiento por delante.

La lucha dentro del Banco Central Europeo (BCE) entre 'halcones' (defienden unos tipos más altos) y 'palomas' (prefieren una política monetaria más laxa) es una de las partes más atractivas para la prensa económica. Los propios miembros del Eurosistema contribuyen a la creación de estas 'novelas monetarias' con filtraciones intencionadas e interesadas a los medios. Esta es una tendencia que ha ganado tracción en los últimos años, algo que preocupa al BCE por su impacto en los mercados y en la credibilidad del banco central.

El fin del dinero barato, tras la pandemia, por parte de los bancos centrales está detrás de la delicada situación de los promotores inmobiliarios en cualquier rincón del mundo. Los problemas empezaron en China, han comenzado a dar la cara en el negocio de oficinas en EEUU y las primeras grietas ya han aparecido en el inmobiliario europeo. De manera sorprendente en la vieja Europa está ocurriendo en los países más inesperados, en los más ricos y, en principio, en los más solventes. Un buen puñado de inmobiliarias de Alemania y Suecia están ocasionando grandes quebraderos de cabeza a los inversores. Los canarios en la mina que pueden desencadenar un caos inmobiliario en Europa tienen nombre y apellido. Y también está señalado un banco por su elevada exposición al sector.

Economía

Después del covid, el virus de la inflación. Ese podría ser el resumen de lo vivido por los españoles en los tres últimos años. Pero dentro de lo lesiva que ha sido la subida de los precios para los hogares, el abrasivo repunte en la cesta de la compra ha infligido especial daño a las familias.

La economía de Rusia está manteniendo el tipo pese a las fuertes sanciones impuestas por Occidente. El PIB podría incluso terminar creciendo este año contra todo pronóstico. Una parte de esta sorprendente resiliencia parece estar directamente relacionada con la 'desaparición' de millones de euros en artículos que exporta Occidente y que a su vez son bienes clave para la industria y el ejército ruso. Frente a lo que dicen las etiquetas de envío y datos oficiales, estos bienes estarían acabando en Rusia a través de ingeniosas técnicas que permiten a Moscú mantener su economía a flote y su ejército listo para seguir combatiendo.

Durante los últimos años se ha hablado con intensidad de los diferentes tipos de recuperación económica. La fuerte caída del PIB con la pandemia del covid dio lugar a una serie de recuperaciones en la actividad poco habituales en las últimas décadas. Algunas de las más sonadas fueron la recuperación en 'V', en 'U', logo de 'Nike' o la asimétrica. Ahora, China parece estar adentrándose en un nuevo tipo de recuperación que podría asimilarse a un suflé, un postre que se infla mucho al principio, pero que cuando se comienza a degustar está casi vacío de contenido por dentro.

La economía de China se encuentra en plena reapertura después de un 2022 marcado por el covid y los férreos confinamientos. Tras un año para olvidar, este 2023 estaba llamado a ser el año de la gran recuperación China. Sin embargo, algunos datos relevantes están generando cierto desconcierto en el gigante asiático y en la economía global. El más evidente es la inflación, que contra todo pronóstico cayó al 0,1% interanual y se mantuvo en territorio negativo en términos intermensuales. El IPC chino se está comportando como si el mundo ya hubiera entrado en recesión, pese a que los datos globales de PIB y los PMI no dicen eso ni mucho menos. La debilidad de la demanda externa, junto a la interna, está llevando a los precios chinos a seguir el patrón de pasadas recesiones, mientras que los asesores del Banco Popular de China buscan fórmulas agresivas (rebajas de impuestos, usar el 'helicóptero del dinero') para reanimar la economía.