Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

La inflación está perdiendo impulso en España a un ritmo, probablemente, más acelerado del que se había previsto hace tan solo unos meses. La tasa de variación del IPC en España ya se encuentra muy por debajo de la media de la zona euro, que sigue firme por encima del 10%. Aunque ahora son muchos los que se atribuyen el mérito de esta moderación de los precios, lo cierto es que la desinflación que vive la economía española es producto, en mayor parte, de la elevada sensibilidad del IPC (la forma de cálculo) español a la variación de los precios de la electricidad en el mercado mayorista. Fue la electricidad, y este método de cálculo, lo que provocó que los precios se disparasen primero en España (respecto a Europa), y ahora es también lo que está provocando una caída frente al resto del continente.

Aún no hay acuerdo en la Unión Europea para establecer un precio máximo al barril de petróleo producido en Rusia, mientras que el embargo al crudo ruso todavía no ha entrado vigor. Sin embargo, el mercado de petróleo ya se está transformando. Este paquete de sanciones pretende reducir los ingresos de Moscú a través de la venta de crudo, pero la falta de entendimiento entre los países europeos amenaza con dejar este acuerdo en una sanción 'descafeinada' que debería entrar en vigor el 5 de diciembre junto al resto del paquete de sanciones. Pese a todo, el mercado de petróleo ya ha comenzado a adaptarse a esta nueva situación, un cambio que dio inicio casi con el comienzo de los ataques rusos a Ucrania a principios de año.

El petróleo está sufriendo un nuevo descenso este lunes. Si el viernes pasado supuso el cierre de la tercera semana consecutiva de descensos para el crudo, esta semana no ha comenzado mucho mejor. Las protestas en China contra las medidas covid-cero (represión de Pekín para contener el virus) están haciendo mella en el sentimiento del mercado, sobre todo en los futuros de petróleo, uno de los activos más sensibles a los cambios inmediatos en los fundamentales de la economía y, sobre todo, de la movilidad de los grandes consumidores como es el caso de China (mayor importador de petróleo del mundo). Las bolsas también están padeciendo esta creciente incertidumbre que rodea a la segunda economía más grande del mundo.

Hasta hace escasos días, la economía de China se encontraba en pleno proceso de reapertura y recuperación (con altos y bajos) económica. Todo hacía indicar que esta vez era la buena. China comenzaba a ver la luz del túnel tras los estrictos confinamientos en importantes ciudades y regiones económicas del país, que han mantenido paralizadas a millones de personas desde el segundo trimestre de 2022. Sin embargo, el covid ha vuelto golpear al 'gigante asiático' y parece que lo está haciendo más fuerte que nunca. El hastío de la población y la desaceleración global de la economía amenazan con restar varias décimas de PIB a una economía que ya se enfrenta a su peor ejercicio en medio siglo (sin tener en cuenta 2020).

El Banco Central Europeo (BCE) lleva meses pidiendo una mejora en la eficiencia y la puntería de las políticas fiscales de los gobiernos. La institución monetaria, con sede en Frankfurt, ve necesario apoyar a los hogares y agentes más vulnerables ante la crisis energética, pero cree que este soporte se debe prestar de forma precisa e hilando muy fino: hay que disparar con fusil de francotirador (balas certeras) y evitar los tiros con escopeta (los perdigones se dispersan e impactan contra todo, el conocido plomeo). Si los gobiernos no afinan el tiro de sus políticas de gasto, y siguen aplicando políticas fiscales expansivas generales, estarán echando más leña al fuego de la inflación, y generando el riesgo de crear un bucle entre deuda pública e inflación que se retroalimente, según ha advertido Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE.

Los inventarios globales de petróleo (crudo acumulado en tanques, oleoductos, barcos...) se encuentran en niveles históricamente bajos. Sin embargo, dentro de esta tendencia se esconde una peculiaridad: el petróleo acumulado en buques está en máximos que no se veían desde mayo de 2020, cuando había crudo de sobra y el problema era encontrar espacio para acumularlo ante el desplome de la demanda por el covid. Esto parece un auténtico sinsentido: los inventarios de petróleo en tierra están en mínimos, pero el crudo acumulado en el mar (tiene un coste superior al terrestre) está cerca de máximos. Los expertos buscan explicar este fenómeno paranormal con diferentes teorías.

El uso de billetes y monedas como medio de pago está en declive. Aunque la tendencia viene de lejos, la pandemia del covid ha sido un acelerador, tal y como revelan los últimos estudios que calculan el porcentaje de operaciones que se realizan con los diferentes medios disponibles. El efectivo está cayendo en el olvido para adquirir bienes y servicios, aunque sigue siendo popular para acumular ahorro. Este es el caso de buena parte de las economías desarrolladas, salvo Suecia, donde el uso del efectivo está cayendo en todos los ámbitos (cada vez hay menos efectivo en circulación). La sociedad sueca, a través de sus propias decisiones, podría poner fin al uso de billetes y monedas en algún momento de 2023, lo que convertirá a este país en el primero que en sea casi imposible realizar un pago con efectivo.

El boom sincronizado que ha vivido el inmobiliario a nivel global está a punto de llegar a su fin. Algunos de los mercados que han alcanzado unas valoraciones más elevadas en los últimos años (mercados calientes) están empezando a sentir de forma contundente la nueva realidad, dominada por unos tipos de interés mucho más altos y una actividad económica que languidece. Suecia es, hasta la fecha, el mejor ejemplo de este brusco giro. La economía nórdica puede ser una suerte de canario en la mina para el resto de países avanzados, según revelan desde la agencia Bloomberg.

Los recortes de producción anunciados por la OPEP y Rusia 'reanimaron' los precios del petróleo durante el mes de octubre. El Brent logró acercarse de nuevo a la zona de los 100 dólares por barril, mientras que el West Texas, la referencia de EEUU, llegó a sobrepasar los 90 dólares. Sin embargo, la alegría ha durado poco para los productores. La realidad económica está volviendo a imponerse y los aires de recesión han rebajado las expectativas sobre el precio del crudo a corto plazo. Tal es el giro, que el petróleo West Texas ha vuelto a entrar en una estructura que se conoce como contango por primera vez desde finales de 2020 a cierre de la sesión y desde 2021 si se analiza en términos intradía. ¿Es esta vez diferente? ¿Qué le esperan a los precios del crudo?

Economía

La crisis energética que sufre la Eurozona está impactando de lleno en el bolsillo de los hogares y las empresas del bloque monetario. Más allá del golpe que se ve al analizar las cifras relacionadas con el poder adquisitivo de las familias, también se está produciendo una transferencia de rentas hacia el resto del mundo que se puede analizar a través de la balanza de pagos. Lo que estamos pagando de más los europeos por el petróleo, el gas y otros inputs, son ingresos que se están llevando otros agentes ubicados en otras partes del mundo. De una forma llana y sencilla: el creciente agujero en la balanza de pagos nos hace más pobres a los europeos y más ricos a otros agentes del mundo.