España arranca el año con un papel protagonista en la economía europea. Según la prensa económica, nuestro país aporta el 40% del crecimiento de la eurozona, mientras Alemania se estanca y Francia afronta crecientes incertidumbres. Las proyecciones del Banco de España, con un crecimiento del 3,1% en 2024 y un 2,5% en 2025, suenan prometedoras. Sin embargo, tras estos titulares optimistas, se esconde una realidad más compleja: la Unión Europea sigue lejos de igualar el ritmo de crecimiento de potencias como EE. UU. y China.

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