Rodrigo Blanco
La supercomputación y el más moderno High Performance Computing (HPC) es casi tan antiguo como la informática. Su objetivo era y es resolver problemas de cálculo muy complejos en un tiempo reducido. Por su sofisticación y elevado precio, sólo los centros de investigación, los gobiernos, las universidades y determinados instituciones tenían supercomputadoras cuya capacidad se compartía, a menudo, con terceros. Un usuario típico de la supercomputación son las agencias meteorológicas que, sin esta capacidad, no podrían hacer sus predicciones.