De momento, la ofensiva de primavera del ejército ucraniano no ha logrado los avances que se esperaban cuando se lanzó. Ni siquiera con armamento y adiestramiento occidentales adicionales, sus fuerzas armadas han sido capaces de perforar las líneas rusas. Sin mucha cobertura aérea, es increíblemente difícil romper una línea del frente bien preparada, y aunque los generales de Putin hayan demostrado ser incapaces de montar una ofensiva, parecen saber cómo construir sus líneas defensivas. A medida que se acerca el final del verano, hay pocos indicios de un avance militar, y para cuando el invierno congele el terreno es muy posible que las líneas apenas se hayan movido. La guerra se está convirtiendo cada vez más en una brutal guerra de desgaste al estilo de la Primera Guerra Mundial, librada a lo largo de trincheras que se extienden cientos de kilómetros.