Las fusiones bancarias persiguen siempre crear entidades más grandes, más poderosas y eficientes, capaces de sortear mejor los escollos del mercado y fortalecer a sus reguladores. En ese proceso, la búsqueda de sinergias y la eliminación de duplicidades han sido tradicionalmente las vías más empleadas para lograr el objetivo. De esta forma, el cierre de oficinas y el correspondiente ajuste de plantilla se nos presentan como algunos de los efectos más visibles de estas operaciones. Ahora bien, el factor tecnológico, y en particular el modelo de negocio que han traído las fintech al panorama financiero, constituirá, estamos seguros, una fuente de inspiración para los nuevos gigantes que emerjan tras la nueva ola de integraciones a la que nos encaminamos.