El presidente de la patronal AEB, José María Roldán, ha compartido hoy el mensaje de urgencia del vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, para que la banca se fusione. "Si lo podemos hacer cuánto antes y de forma indolora mejor", ha señalado en las jornadas organizadas por la Apie y la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP), ahora que la situación del sector en nuestro país no preocupa, en contra de lo sucedido en la crisis financiera, en la que hubo patadas hacia adelante para arreglar los problemas Eso sí, ha matizado que este proceso cobra una mayor necesidad, "más que nunca", en otros países de la zona euro que en España, ya que la rentabilidad de las entidades nacionales es mayor y el gran esfuerzo de consolidación ya se hizo en los últimos años.
Roldán ha defendido que la fortaleza actual de las entidades españolas no se entiende sin el proceso histórico de fusiones llevadas a cabo en décadas, por lo que ha animado a que se produzcan este tipo de operaciones en los próximos meses con el fin de reducir los costes operativos, que es, a su juicio, "la única palanca" con la que se cuenta para elevar los retornos del capital y afrontar los desafíos de la caída de los ingresos y la digitalización.
Para el presidente de la AEB las integraciones deben ser pactadas por las cúpulas de las propias entidades, de ahí que se haya felicitado por los mensajes del BCE de que no va a interferir en el proceso y va a dejar que el mercado actúe por sí solo.
Las entidades, al menos las españolas, por el momento no están muy la labor de iniciar los movimientos ante la incertidumbre existente sobre el futuro y la subida de la morosidad. Unos impagos que han provocado millonarias provisiones por deterioro, que han mermado la rentabilidad de los bancos. Sobre esto, Roldán ha quitado cierto hierro al asunto, ya que en su opinión, es "positivo" que el sector esté saneando los balances y que los retornos hay mirarlos en el medio y largo plazo, no en el corto.
Cambios en las reglas de solvencia
La banca ha podido llevar a cabo este esfuerzo de dotaciones, en parte, por la relajación de la normativa de capital por parte de los reguladores. Una regulación que, según el presidente de la AEB, debe ser puesta en revisión una vez finalice el periodo de tensión y todo haya vuelto a la nueva normalidad. Aunque Roldán ha señalado que el objetivo no es que se reduzcan las exigencias, sí ha puesto en cuestión la validez de algunos requisitos de Basilea VI.
Para el máximo responsable de la patronal hay colchones de capital que son sumamente costosos y que se aprobaron para que sirvieran para una crisis tan profunda como ésta que no van a ser utilizados y que, por tanto, "no son validos". Entre ellos, la hucha a corto plazo que tienen que reservar los bancos para afrontar shocks inesperados, que no van a ser usados por temas de reputación, y los instrumentos híbridos que sirven para asumir pérdidas en caso de una resolución bancaria, ya que sus reglas están en suspenso.