Opinión
¿Se ha parado a pensar qué fácil es hacer oídos sordos a ruidos ajenos? ¿Tan fácil que ni siquiera se da cuenta de cuándo se detiene? Los inversores tienen buena mano para hacer caso omiso a indicadores económicos que, realmente, deberían seguirse de cerca. De hecho, ahora mismo lo están haciendo con uno que resulta fundamental para invertir a escala mundial: la curva de tipos. Agudice su oído, porque su sigilosa mejora es digna de atención. Durante más de un siglo, la curva de tipos se consideró un excelente indicador económico adelantado. La curva de tipos representa los intereses de la deuda soberana cuyos vencimientos van, de izquierda a derecha, desde los 3 meses hasta los 10 años. Cuando los tipos a largo plazo superan a los tipos a corto plazo, la curva forma una pendiente positiva (lo que, históricamente, se ha interpretado como un factor alcista). Por el contrario, cuando los tipos a corto superan a aquellos a largo, se denominaba una curva de tipos invertida, y se decía que generalmente auguraba una recesión.