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Este viernes, los sindicatos de la planta de Nissan en Barcelona desvelaban lo que era un temor generalizado en todo el sector de la automoción en España: la empresa ha planteado a los representantes de los trabajadores de la planta catalana la necesidad de realizar un ajuste de la plantilla de entre 400 y 500 empleos dentro de un plan de competitividad para relanzar la fábrica, inmersa en un largo período de baja producción, según confirmaban fuente sindicales a varios medios de comunicación.