Opinión
Es nuestro país muy dado a solucionar problemas que no tiene, hallando soluciones que no solo no mejoran las cosas, sino que las empeoran. En los últimos acontecimientos sobre el IAJD que grava las hipotecas tenemos un claro ejemplo de marear la perdiz sin aportar nada. Así, tantos esfuerzos destinados a clarificar lo que estaba claro por parte del Tribunal Supremo se han transformado en iniciativas legislativas para terminar de estropearlo todo de la peor manera.