
Mientras Pedro Sánchez aún no sabe si podrá o no aprobar los presupuestos, ha firmado un acuerdo con Podemos para asegurarse, por lo menos, los votos de la formación morada. No se trata tanto de un acuerdo presupuestario como de legislatura, pues incorpora diversas materias y no solo las relacionadas con los presupuestos. Podemos se llena la boca de decir, y ahora lo hará más, que participa en el Gobierno, aunque lo dudoso es que haya tal cosa, dada la incapacidad para sacar adelante cualquier medida y el rápido desgaste de varios ministros, con dimisiones que aún están por llegar y que se van a sumar a las que ya ha habido, algo que no habíamos visto hasta la fecha en nuestra democracia.
El acuerdo, no obstante, tiene tintes bastante disparatados y, de llevarse a efecto las medidas que contiene, lesionará gravemente nuestra economía. De Podemos no se puede esperar otra cosa, puesto que como asesores que fueron del Gobierno venezolano ya estamos viendo a dónde conducen sus recomendaciones, que ahora acoge Sánchez con la ilusión de mantenerse en el poder, aunque sea pudiendo poco, único objetivo que a todas luces le guía.
Para ir erosionando la economía y empobrecer a los españoles, objetivo que sin duda anima la política de Podemos, ha exigido una drástica subida del salario mínimo hasta situarlo en 900 euros, es decir, elevarlo un 22% en un solo ejercicio, lo que es evidente tendrá una incidencia directa sobre el empleo, contrayendo su creación, retraerá el consumo y disminuirá el crecimiento. Es obvio que es el objetivo perseguido, pues esta concatenación de acontecimientos, aunque pueda ser ignorada por los analfabetos económicos de la cúpula de Podemos, quiero creer que no lo es por sus asesores en esta materia.
También contiene subidas fiscales de aplicación general, pero camufladas con incrementos selectivos a ricos o empresas, sin tener en cuenta que éstas tienen la capacidad de repercutir sus cargas fiscales en los precios, razón por la cual los mayores im-puestos acabarán por pa-garlos todos los españoles. Los citados analfabetos económicos puede que tampoco lo sepan, pero a los asesores a los que se les piden medidas para el empobrecimiento general en plan Maduro, sí.
Otra perlita del acuerdo es la implantación de controles de precios, que tan buenos resultados ha dado en Venezuela, haciendo perder hasta 10 kilos de promedio a sus habitantes. En esta lucha de Podemos contra nuestra obesidad, quieren empezar por los alquileres de viviendas, dando la potestad a Ayuntamientos y a Comunidades Autónomas para poner límites a estos en unas determinadas circunstancias, que no dejan de incluir grandes criterios de discrecionalidad. No deja de ser irónico que quien liberalizó los alquileres en España fuera el socialista Miguel Boyer, modernizando nuestro mercado inmobiliario, y quien quiere implantar la congelación de alquileres al modo franquista sean los comunistas, en cuyos brazos se ha echado el Dr. Sánchez, seguramente por el capricho de ir en helicóptero, aunque al resto de ciudadanos se nos esté metiendo por los ojos lo bueno que es ir en bicicleta, como si fuéramos los chinos de la era de Mao.
Pero no contentos con todo eso, además se provoca que el sistema de pensiones sea aún más insostenible, incrementando las prestaciones a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, un lastre que no solo compromete al próximo ejercicio, sino que pesará sine die.
Para el PSOE y Podemos ha llegado la hora de gastar como si no hubiera un mañana, pero sobre todo como si España no tuviera ya unos niveles de deuda insoportables y la imperiosa necesidad de rebajar el déficit decididamente. No tener en cuenta que hay que preparar el presupuesto para la desaceleración es de una imprudencia rayana en la osadía y la expansión presupuestaria proyectada es de una irresponsabilidad tan manifiesta que solo puede estar en la mente de quienes desean destruir el Estado y nuestra economía más pronto que tarde. Así, podrán obligarnos a hacer colas interminables con nuestro carnet patriótico en la mano para darnos la ración diaria si nos hemos portado bien, según ellos.
Es de esperar que por el bien de los españoles este Gobierno caiga más pronto que tarde y la influencia del populismo comunista de Podemos decaiga definitivamente. Sánchez puede manipular el CIS todo lo que se le antoje, pero no va a poder manipular los votos reales. Si sigue haciendo concesiones a Podemos, separatistas y proetarras no parece que vaya a ganarse la simpatía del votante de centro, que al final es quien decide, y el helicóptero acabará yendo a otros conciertos. Ojalá.