Opinión

Más ingresos, con menos dotaciones y gasto

La banca ha presentado unos buenos resultados en el primer trimestre de 2018, en consonancia con la buena marcha de la economía y con el aumento de la eficiencia que, en general, está experimentando el sector, que muestra una buena capacidad de adaptación al entorno de bajos tipos de interés, tanto por el crecimiento experimentado en comisiones y productos de intermediación como en la contención de gastos generales, que está, salvo alguna excepción, dando sus frutos. A los mejores resultados también han contribuido las menores provisiones para dudosos, a excepción de Bankia por la fusión con BME.

El primer banco por beneficios en el primer trimestre en España es CaixaBank, con un beneficio récord de 704 millones de euros, que se ha disparado un 74,7 por ciento frente al mismo período del año pasado. La apuesta de la entidad por las hipotecas a tipo fijo, junto a la buena gestión del crédito, ha mejorado su margen de intereses, al que acompañan las comisiones netas junto con los seguros y resto de actividades que generan ingresos y que contribuyen positivamente al resultado. CaixaBank constituye la mejor franquicia por rentabilidad en España, por delante de las dos grandes entidades internacionales de nuestro país, que obtienen resultados nacionales significativamente peores.

El Santander es la segunda entidad en nuestro país por beneficios, con un crecimiento del 26 por ciento y 455 millones aportados al grupo, lo que representa un 18 por ciento de su resultado en todo el mundo. Un dato significativo es su baja exposición al inmobiliario, algo sorprendente tras la incorporación del Popular y que se ha logrado gracias a la venta del 51 por ciento de la cartera, una operación fundamental para sanear el balance de la entidad adquirida y que la antigua gestión del banco fue incapaz de realizar, aunque a buen seguro hubiera sido su salvación. El Santander en España solo tiene una exposición inmobiliaria de 5.200 millones, cifra irrisoria para la potencia del grupo y que evidencia la buena gestión que obviamente viene avalada por la brillante trayectoria de esta entidad internacional.

BBVA crece algo menos en nuestro país, un 17,3 por ciento, aportando el 25 por ciento del resultado del grupo, cada vez más diversificado geográficamente. Ha obtenido un beneficio de 437 millones aunque el crédito a la clientela ha retrocedido en general, pese a un importante repunte del crédito al consumo, segmento que está experimentando un fuerte desarrollo en todo el sector debido al tirón de la demanda con motivo del crecimiento económico. Las claves de la gestión han sido la buena evolución de los ingresos recurrentes, la moderación de los gastos de explotación y los menores saneamientos y provisiones.

Banco Sabadell aumenta su beneficio un 32,8 por ciento, hasta los 259 millones, aunque en este caso no ofrece datos desagregados de su actividad en España, Reino Unido y México, aunque sus cifras son sensiblemente menores, pero con fuertes crecimientos. Sabadell ha desarrollado una agresiva política comercial en España que ha generado aumento de clientes y negocio en prácticamente todos los segmentos en los que está activo. Con un buen posicionamiento en el mercado y una clientela selecta, Sabadell se configura como una sólida franquicia para resistir la crisis de forma ejemplar y que está llevando a cabo un paulatino proceso de internacionalización que emula a los dos grandes. Ha experimentado un sólido crecimiento del 3,8 por ciento en su negocio bancario que explica la buena evolución de sus resultados.

Por último, Bankia ha acusado el aumento de sus gastos generales por la fusión con BME, que ha lastrado su cuenta de resultados en este primer trimestre en un 24,5 por ciento, pero que ni ha supuesto una sorpresa ni podría pensarse que sumar esta entidad lastrada podía beneficiar a corto, y dudosamente a largo plazo, a la entidad. A diferencia del resto del sector, ha tenido que incrementar sus dotaciones, lo que pone en evidencia la mala calidad de la cartera de BME y el esfuerzo suplementario que se ha pedido a una entidad que debe privatizarse sin tardar y que de esta forma no presenta, de momento, una cara atractiva para el mercado. Con 229 millones, es última por beneficios entre las grandes de España, aunque sin el lastre asumido sus resultados hubieran sido muchísimo mejores, en consonancia con la profesionalización en la gestión que la nueva presidencia instauró ya hace años y en la que se sigue profundizando.

Así, la banca está preparada para el nuevo entorno de alzas de tipos de interés, que mejorarán sus márgenes el próximo año y seguirá reduciendo sus dotaciones para dudosos en la medida en que las carteras de crédito se terminan de depurar. Lo negativo, se está produciendo un encarecimiento de todo tipo de productos y servicios bancarios que afectará al consumidor, pues las entidades parecen haber renunciado a realizar agresivas campañas de captación conscientes de que deben mejorar su rentabilidad aun a costa de no incrementar significativamente su cuota de mercado.

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