Tribuna
Cuando un banco, su presidente y parte de su Consejo pueden ser investigados por responsabilidad penal, la reputación de todos ellos queda dañada. En casos como estos, no se puede separar a las personas del cargo que ostentan y tampoco es muy relevante, a efectos reputacionales, si conocieron o no los hechos, si participaron o no, si fueron los responsables últimos de que se produjeran. Simplemente formaban parte del máximo órgano de decisión de la entidad y responden por no gobernarla de tal forma que prácticas de esa naturaleza no pudieran llegar a producirse.