El Parlamento de la Unión Europea decidirá este mes la posibilidad de sancionar a aquellos estados miembros en los que el despliegue de la infraestructura de carga para vehículos eléctricos se esté desarrollando de forma demasiado lenta. España es uno de esos países en los que la implantación de las redes de carga se está realizando más despacio de lo previsto -tan solo por delante de Grecia-, algo debido principalmente a los trámites asociados a este tipo de instalaciones y a las solicitudes a las distribuidoras de energía, que suelen demorarse más de un año desde el final de las obras hasta la puesta en marcha del punto de carga.