Joan Escoté
No debería sorprendernos que cada día más negocios de todas las condiciones, tamaños y sectores inviertan sus esfuerzos en adoptar dinámicas más sostenibles y procuren estimar de forma exacta y precisa el funcionamiento y las repercusiones medioambientales de cada fase de su cadena productiva. Si bien seguimos conviviendo con opciones -y tecnologías- que dañan nuestro medio ambiente y aumentan la huella de carbono, lo cierto es que van apareciendo alternativas igualmente competitivas que resultan más sostenibles y contribuyen a un entorno más limpio y saludable.