El segundo intento fallido en apenas cuatro meses del grupo alimentario Europastry para dar el salto al mercado continuo multiplica las incertidumbres en torno a otras salidas a bolsa que están en ciernes en España. La compañía que controla la familia Gallés llegó a plantear una reducción del tamaño de la oferta pública de venta -inicialmente por el 30%- para tratar de salvar la operación, pero fue en vano.