Jaime Díez
Los mercados financieros comienzan el año atrapados en un déjà vu que les recuerda al cálido final de agosto de 2015, fuertes caídas en bolsa y petróleo, subidas en el precio de los bonos, oro y otros activos refugio. Hace apenas cuatro meses de esa situación pero la sobrereacción vuelve a reflejarse en las caras de pánico de inversores y operadores. Mientras el gigante asiático y sus caídas acaparan la atención y el foco de los inversores los datos de inflación quedan relegados a un segundo plano.