Las bajadas de los tipos de interés estaban reduciendo el atractivo de los activos financieros con menos riesgo, aquellos que buscan los inversores más conservadores. Las populares Letras del Tesoro hace meses que dejaron de ofrecer rentabilidades superiores al 3%, por ejemplo. Pero algunos factores inesperados, como el mayor gasto público que se autoimpone ahora la Unión Europa, han despertado a la renta fija. Eso sí, solo a los plazos más largos. Los bonos vuelven a ofrecer rendimientos más elevados, permitiendo que algunos inversores no tengan la necesidad de asumir el riesgo que conlleva la bolsa. Dar ese salto a la renta variable compensa menos que antes. A pesar de ello, muchos expertos siguen siendo optimistas, en general, con la bolsa europea y no ven un fuerte trasvase hacia la deuda que la ponga en jaque.