Jefa de Redacción de Bolsa & Inversión de elEconomista

Las bajadas de los tipos de interés estaban reduciendo el atractivo de los activos financieros con menos riesgo, aquellos que buscan los inversores más conservadores. Las populares Letras del Tesoro hace meses que dejaron de ofrecer rentabilidades superiores al 3%, por ejemplo. Pero algunos factores inesperados, como el mayor gasto público que se autoimpone ahora la Unión Europa, han despertado a la renta fija. Eso sí, solo a los plazos más largos. Los bonos vuelven a ofrecer rendimientos más elevados, permitiendo que algunos inversores no tengan la necesidad de asumir el riesgo que conlleva la bolsa. Dar ese salto a la renta variable compensa menos que antes. A pesar de ello, muchos expertos siguen siendo optimistas, en general, con la bolsa europea y no ven un fuerte trasvase hacia la deuda que la ponga en jaque.

ArcelorMittal está siendo una de las empresas protagonistas en el arranque del mes de marzo en el Ibex 35. Solo Indra, aupada por el aumento del gasto en defensa propuesto por Europa, sube más. El gigante internacional del acero está recuperando estos días interés en la bolsa española, aunque lleva meses en los que la acción se ha intercambiado mucho menos de lo habitual. El grupo mantiene su sede en Luxemburgo, cotizando en diferentes bolsas, y en España las acciones cada vez mueven menos dinero hasta el punto de ser ya el valor menos negociado del Ibex 35 en los últimos seis meses. Esta caída de la liquidez, de hecho, podría dejarlo fuera del índice español a medio plazo si hay una candidata clara para entrar.

Si algo aprendieron los mercados financieros durante el anterior mandato de Donald Trump en la Casa Blanca es que él y sus políticas son impredecibles. Eso obliga a estar preparados y a ser capaces de ajustarse a un entorno cambiante en el que la inflación, por ejemplo, puede volver a repuntar. Es cierto que no todos los inversores están dispuestos a asumir riesgos; en España el dinero que entra en fondos de inversión sigue dirigiéndose claramente a productos de renta fija, más conservadores. Pero eso no implica renunciar a ser flexibles para amoldarse a lo que pueda venir. Dentro del universo de la deuda hay activos muy dispares y algunos gestores no están atados a la hora de invertir como sí ocurre en algunos productos más específicos.

España necesita revitalizar sus mercados de capitales. Hace un par de meses que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) presentaba en Madrid un informe con 32 recomendaciones para impulsarlos tanto por la parte de las empresas (la oferta) como de los pequeños inversores (la demanda). Para tratar de reavivar las salidas a bolsa, el supervisor del mercado español ya anunció que trabaja en un nuevo proceso para evitar que los planes de empezar a cotizar de algunas compañías se vayan al traste como sucedió recientemente con Europastry o Tendam. Este miércoles, Carlos San Basilio, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ha adelantado que "es posible" que todo esté listo para que pueda ponerse en marcha antes del verano. Como tarde, sería en la segunda parte del año.

Hace justo un año que Naturgy era expulsada, junto a Acciona Energía, de varios índices bursátiles de MSCI, un proveedor referente para muchos productos de inversión que utilizan estos indicadores. Ahí saltaron las alarmas. Quedarse fuera de ellos supone salir del radar de grandes fondos de inversión y de pensiones que se fijan exclusivamente en ese caladero de compañías y de vehículos indexados que directamente replican a estos índices. Ahora Naturgy ha lanzado una opa por el 10% del capital que facilitará su regreso. La eléctrica pondrá más acciones en circulación para mejorar su liquidez y esto le permitirá también reforzar su posición en el Ibex 35 para no correr el riesgo de salir. Aunque todavía no estaba ante un peligro real de ser excluida del índice español a corto plazo, en este arranque de año sí se ha producido un deterioro que la sitúa ya entre los seis valores menos negociados.

Las empresas están aprovechando que desde este miércoles los inversores están dando una tregua a la renta fija, después de conocer el dato de inflación de Estados Unidos, para buscar financiación en los mercados. En España, Telefónica y CaixaBank han lanzado deuda en las que son sus primeras emisiones del año. BBVA y Banco Santander fueron los que abrieron la ventana de colocaciones a principios de la semana pasada.

Se ha hecho esperar unos días, pero ya ha llegado la primera emisión de deuda de 2025 de una empresa española. En este caso por duplicado. BBVA y Banco Santander han reabierto el mercado este martes, el día en el que el Tesoro Público también afrontaba su primera subasta del año, en la que ha colocado nuevas Letras a 6 y 12 meses a tipos algo más elevados que en diciembre en el plazo más largo. Ambas ha emitido en dólares.

fondos

El mejor fondo de bolsa española de gestión activa de 2024 ha sido un producto que durante buena parte del año pasado se mantuvo como líder del ranking. Se trata de Okavango Delta, un vehículo de Abante gestionado por José Ramón Iturriaga, que consiguió una rentabilidad del 21,26% a cierre del último año. Es el único producto de bolsa española que acumula más de un 20% en un ejercicio en el que el Ibex 35 se anotó una subida del 14,78%.

El cambio de año es uno de esos momentos que exige revisar la cartera de inversión y ponerla a punto para lo que se espera o reajustar el perfil de riesgo. Inclinar la balanza hacia más bolsa o más renta fija es un clásico en la asignación de activos. En este arranque de 2025, la renta variable cotiza en muchos casos a múltiplos algo exigentes mientras la deuda sigue pendiente del ritmo de bajadas de los tipos de interés. En España, los dividendos vuelven a ofrecer un plus mayor que en otras áreas geográficas frente a la renta fija. Esa prima por asumir más riesgo se sitúa ahora en unos 170 puntos básicos si se mide la diferencia de rentabilidad que ofrecen los pagos que repartirán las empresas del Ibex 35 y la que se puede conseguir con los bonos españoles a 10 años. La brecha es mucho mayor si se compara con las Letras del Tesoro a 12 meses, con las que alcanza los 260 puntos básicos (o 2,6 puntos porcentuales), la más amplia desde octubre de 2022.

El 2024 tenía todo a favor para que fuera un buen año para la renta fija. Era el momento en el que los grandes bancos centrales debían suavizar sus políticas restrictivas, con las que pelearon contra la inflación; dejarían de subir los tipos de interés y pasarían a recortarlos. Estas rebajas del precio del dinero teóricamente suelen traducirse en ganancias para los activos de deuda que ya están emitidos, ya que el escenario lleva a los inversores a exigir menos rentabilidad pagando más precio por comprarlos. Aunque lo cierto es que tampoco ha sido un camino de rosas para los bonos. Los banqueros centrales no han corrido tanto como se esperaba, sobre todo en el caso de la Reserva Federal de Estados Unidos, y eso se ha reflejado en los mercados. No obstante, la mayoría de grandes fondos de deuda vendidos en España consigue ganancias para sus partícipes a pocos días de que acabe el año.