
Las bajadas de los tipos de interés estaban reduciendo el atractivo de los activos financieros con menos riesgo, aquellos que buscan los inversores más conservadores. Las populares Letras del Tesoro hace meses que dejaron de ofrecer rentabilidades superiores al 3%, por ejemplo. Pero algunos factores inesperados, como el mayor gasto público que se autoimpone ahora la Unión Europa, han despertado a la renta fija. Eso sí, solo a los plazos más largos. Los bonos vuelven a ofrecer rendimientos más elevados, permitiendo que algunos inversores no tengan la necesidad de asumir el riesgo que conlleva la bolsa. Dar ese salto a la renta variable compensa menos que antes. A pesar de ello, muchos expertos siguen siendo optimistas, en general, con la bolsa europea y no ven un fuerte trasvase hacia la deuda que la ponga en jaque.
Una manera sencilla de enfrentar bolsa y deuda, para decidir también qué peso asignarles en las carteras, es analizar a qué rentas se puede aspirar en cada caso. En el mercado español, los dividendos que se espera que paguen este año las empresas del Ibex 35 ofrecen ahora una rentabilidad media en torno al 4,53% tras las subidas que acumula el índice, mientras que con el bono español a 10 años puede conseguirse un rendimiento (más seguro) del 3,54% después de los últimos repuntes, el más alto desde noviembre de 2023.
La diferencia, de menos de 100 puntos básicos o 1 punto porcentual, es el plus que brinda la bolsa frente a la renta fija. Hace apenas unos meses esa prima por asumir más riesgo era de más de 2 puntos porcentuales. Esta brecha se ha estrechado, por un lado, por el buen comportamiento de la bolsa en el año, ya que el Ibex aún sube más del 10% pese a corregir desde máximos y eso provoca que se compren a precios más altos los dividendos previstos. Y, por otro, debido a la gran escalada de rentabilidades que ha aupado a los bonos soberanos españoles a 10 años a subir cerca de 50 puntos básicos en 2025. En Francia o Alemania el rendimiento de la deuda ya supera al que ofrecen los dividendos de sus principales índices bursátiles.
No obstante, Natalia Aguirre, directora de Análisis y Estrategia de Renta 4, rompe una lanza a favor de la bolsa y de asumir riesgos. La experta apunta a que si se mira "el Earnings Yield (medida como la inversa del PER), que es como medir la rentabilidad de los beneficios empresariales, es de en torno al 8,5% en el Ibex 35, con lo cual el diferencial no estaría tan ajustado (4 puntos porcentuales frente a solo 1 punto si se compara contra la rentabilidad por dividendo)". Aguirre considera que sí ha aumentado el atractivo relativo de la renta fija, aunque matiza que en renta variable sigue habiendo también atractivo si se "eligen bien los valores".
Para Rosa Duce, Chief Investment Officer de Deutsche Bank España, "tras muchos años de tipos en el 0%, la renta fija claramente ha recuperado atractivo y se ha convertido en el corazón de las carteras", aunque considera que, de momento, no cotiza a "niveles que hagan vulnerables a las acciones".
Repunte de la deuda
El gran detonante de este cambio para la renta fija ha sido el compromiso de incrementar el gasto en defensa al que se ha visto abocado Europa. Estas promesas radican en que los estados tendrán que emitir más deuda para financiarlo, lo que ha llevado a los inversores a exigir mayores rentabilidades a los bonos; esto no ha sucedido, en cambio, con las letras, que se mantienen en el entorno del 2,28% en el caso de España. La gran duda en mercado ahora es si ya está en buena parte descontado o si la presión sobre los rendimientos de la deuda continuará.
"La reacción de los mercados de bonos al anuncio del superpaquete fiscal en Alemania se ha traducido en una fuerte subida de la rentabilidad de los bonos alemanes a 10 años, con la pendiente de la curva de tipos en máximos de casi 3 años. Creemos que este comportamiento se va a mantener. Apostamos por unos niveles de rentabilidad para el Bund a 10 años en torno al 2,8% a un año vista, es decir, las rentabilidades se mantendrán altas, sobre todo en los plazos largos, mientras que los tramos más cortos se mantendrían en torno a los niveles actuales dada nuestra previsión de tipos del BCE todavía bajando, hasta niveles del 2%", señala Duce.
Para Jesús Sáez, Head DCM Iberia en Natixis CIB, son varios los factores que están afectando ahora a la renta fija: "La pegajosa inflación que nos acompaña y que ha venido relajando últimamente su corrección a la baja desde cotas altísimas, el alto endeudamiento y los importantes retos fiscales de algunas economías, que derivará en que los inversores pidan más rentabilidad por financiarlas, o todo lo que acabe derivando en alguna de esas dos casuísticas, como es una política arancelaria que implique inflación, como podrá ser el caso en Estados Unidos, o una política de incremento de gasto que derive en mayor déficit y deuda, como es el caso en Europa y, en concreto, en algunos señalados como Alemania".
¿Trasvase de dinero?
El aumento del rendimiento de la deuda suele alejar cierto dinero de la bolsa hacia la renta fija. Es del riesgo que advertían hace unas semanas en Schroders, por ejemplo, cuando el bono estadounidense llegó al 4,8%; hoy ha bajado al 4,2% actuando como refugio en las caídas de los principales índices bursátiles de Wall Street. Sin embargo, la mayoría de expertos consultados no espera un importante trasvase a estos niveles.
Aunque hay quienes que creen que las rentabilidades más altas sí podrían convencer al inversor más conservador para quedarse o volver más hacia renta fija. "Con el bono español a 10 años en el 3,5% y la rentabilidad por dividendo del Ibex en el 4,5%, la prima de riesgo implícita de la bolsa es relativamente baja, lo que podría generar un cierto trasvase hacia la deuda, especialmente entre inversores conservadores que buscan rentas estables sin asumir la volatilidad de la renta variable", opina Gustavo Martínez, profesor de finanzas de la Universidad Francisco Marroquín.
En España, los inversores se vuelcan claramente por la renta fija a la hora de contratar fondos de inversión. Los últimos datos hasta febrero así lo indican, siendo las categorías de renta fija a corto plazo y a largo las que más entradas de dinero siguen acumulando, según datos de Inverco. Algunos inversores que tengan fondos de renta fija pueden estar viendo en negativo sus carteras este año precisamente porque ese repunte de rentabilidad, que resulta atractivo para quienes compren ahora, se traduce en caídas de precios para quienes ya estaban invertidos. Ahí será clave la gestión de los responsables del fondo o esperar a que los cupones vayan engordando la cartera.