El mundo se asomaba al futuro desde París. Era 1889 y la capital francesa abría la puerta a la nueva era de los materiales constructivos y los proyectos arquitectónicos. Y París no abrió cualquier puerta: el ingeniero Gustave Eiffel había logrado erigir la torre más alta del mundo, y la bóveda que conformaban sus cuatro enormes pilares de hierro sirvieron de acceso a los más de 30 millones de visitantes de la Exposición Universal celebrada en 1889.

Los ecosistemas del mundo se encuentran en peligro: según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, casi la mitad de las zonas terrestres del planeta están degradadas. Los espacios naturales de los que depende la humanidad están llegando a un punto de inflexión y, conscientes de los riesgos que esta circunstancia tiene para su salud y calidad de vida, las poblaciones de todo el mundo exigen medidas.

En el marco del XXXVII Congreso AEAS, que este año reúne en Castellón a los principales profesionales, empresas e instituciones relacionados con el abastecimiento y el saneamiento, José Claramonte, director general de la empresa anfitriona, Facsa, comparte con elEconomista.es los principales hitos que han marcado sus 150 años de actividad, así como los planes de futuro de la compañía, que actualmente presta servicio a dos millones y medio de habitantes en 15 Comunidades Autónomas.

En el marco del XXXVII Congreso AEAS, que este año reúne en Castellón a los principales profesionales, empresas e instituciones relacionados con el abastecimiento y el saneamiento, la entidad anfitriona, Facsa, comparte con elEconomista.es los principales hitos logrados en su siglo y medio de actividad. José Claramonte, su director general, coordina los trabajos de la empresa castellonense que gestiona el ciclo integral del agua urbana, garantizando el servicio a dos millones y medio de habitantes en 15 Comunidades Autónomas.

El 21% del agua desalada y el 60% de la regenerada que se producen en España se destinan a la agricultura, lo que convierte a estos recursos no convencionales en complementos "necesarios" y "fundamentales" para la continuidad y sostenibilidad de la agricultura. Así lo pusieron de manifiesto los expertos reunidos en el Observatorio Desalación y reutilización como garantía de suministro para regadío en tiempos de sequía, organizado por la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR), que recientemente reunió en Madrid a los principales actores relacionados con ambos sectores.

Convertir a la Unión Europea en líder de la acción mundial por el clima ha sido uno de los grandes empeños del Ejecutivo encabezado por Úrsula Von der Leyen. La apuesta quedó patente ya en 2019 cuando, nada más comenzar la legislatura, la Comisión presentó el Pacto Verde Europeo, con la presidenta como principal valedora de este proyecto definido como la nueva "agenda de crecimiento económico de la Unión". Y es que para conseguir materializar esta estrategia centrada en la lucha contra el calentamiento global era necesario modernizar la economía y fomentar la innovación del bloque comunitario.

Es una de las actuaciones más demandadas por los municipios extremeños ubicados en la margen derecha del río Guadiana. No obstante, llevan más de 30 años aguardando su ejecución, que se ha retrasado en numerosas ocasiones debido a cambios de normativa y falta de presupuesto. Pero tras más de tres décadas de espera, el Ministerio para la Transición Ecológica adjudicó por fin el pasado mes de abril la contratación de las obras para el trasvase entre las cuencas de los ríos Pizarroso, Alcollarín y Búrdalo, en las localidades cacereñas de Abertura, Alcollarín, Escurial y Zorita.

En el año 2030 el número de habitantes del planeta podría alcanzar los 8.500 millones de personas, según Naciones Unidas. El incremento de población hará que la demanda de recursos aumente exponencialmente, pero no de forma acompasada con la oferta. Es más, el organismo internacional advierte de que si no se toman medidas, en tan sólo seis años la demanda de agua superará el suministro en un 40%.

Reciclaje, aprovechamiento, responsabilidad... Los usos y costumbres de las sociedades del siglo XXI poco tienen que ver con los que imperaban décadas atrás. Las decisiones de compra están cada vez más determinadas por la conciencia ambiental, y la búsqueda de productos y servicios alineados con los valores ecológicos es patrón de conducta del consumidor. Conscientes de ello, las empresas se afanan en mostrar su compromiso con la sostenibilidad, si bien en muchas ocasiones esa intención no se corresponde con sus prácticas reales.

Fue, sin duda, una de las peores épocas que el mundo ha atravesado. De hecho, la peor de las últimas décadas. No obstante, supuso también el germen de grandes ideas, precipitadas por la vida en un contexto desconocido.