Los recursos biológicos sustentan las civilizaciones, garantizando la persistencia de la vida y desempeñando además un papel crucial en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, la actividad humana impacta negativamente en los ecosistemas, habiendo alterado ya el 75% del medio ambiente terrestre y el 66% del marino, y abocando al peligro de extinción a un millón de especies animales y vegetales, según datos de la ONU.

México se seca. Años de falta de precipitaciones y de temperaturas superiores a los parámetros normales han precipitado ya sobre más del 25% del país la situación de sequía extrema o excepcional, forzando el decreto de restricciones de mayor o menor intensidad para millones de sus habitantes.

El paisaje de la marisma de Sevilla se volverá a llenar de arroz este 2024 después de dos años castigado por una extrema sequía que ha obligado a reducir en más de un 90% las hectáreas dedicadas a este cereal. También otros cultivos como el olivar, el pimiento, el algodón y el tomate podrán recuperar gran parte de su producción tras una de las campañas más trágicas que se recuerdan en el campo andaluz, que encadena ya seis años consecutivos de dificultades debido a la sequía, el incremento de las temperaturas y la falta de obras hidráulicas. Especialmente perjudicada se ha visto la demarcación del Guadalquivir, la más grande de Andalucía, con cerca de 500.000 hectáreas dedicadas al regadío.

El recrudecimiento de la sequía y el impulso de la depuración de aguas residuales gracias a la implantación de tecnologías cada vez más fiables ha hecho que la reutilización de las aguas tras ser sometidas a un tratamiento de regeneración haya experimentado un importante desarrollo en los últimos años hasta convertirse en un elemento clave de la gestión integrada de los recursos hídricos.

Es la primera vez en más de un siglo; hacía 108 años que la cumbre del Teide no despedía el invierno sin nieve. Tenerife no es ajena a la sequía que castiga gran parte de España. De hecho, la isla canaria atraviesa uno de los periodos de sequía más largos e intensos que se recuerdan. El incremento de las temperaturas, sumado a la escasez de lluvia -la pluviometría ha caído un 83% con respecto al año pasado- han forzado al cabildo a decretar la situación de emergencia para garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola durante un verano que se prevé más prolongado y caluroso de lo habitual.

Bruselas establecerá valores límite de emisiones alcanzables más rigurosos para las instalaciones industriales de la UE, incluidas las que generan las grandes explotaciones ganaderas avícolas y porcinas, la minería y las grandes fábricas de baterías. Así lo recoge la revisión de la Directiva sobre emisiones industriales que el ejecutivo comunitario pretende impulsar con el fin de proteger la salud pública y el medio ambiente y que desde hace unas semanas cuenta con respaldo del Parlamento Europeo.

Es el mundo del mañana, empezando a ser escrito, y a pasos agigantados, desde el hoy. La Inteligencia Artificial (IA) ha removido ya, de forma más o menos evidente, las fórmulas establecidas para desarrollar todo tipo de tareas. Más allá de sus ventajas, la IA despliega una infinidad de peligros que trascienden las discusiones éticas; cada vez más, la forma en la que su actividad impacta en el medio ambiente se revela como una amenaza para aquello que está decidida a revolucionar: el propio mundo.

Las intensas precipitaciones registradas a finales de febrero en diferentes provincias ubicadas en las orillas del río Ebro han generado crecidas importantes en todos los afluentes de la margen izquierda, desde el nacimiento del río hasta la cuenca del Aragón, cuyos caudales ya tenían tendencia descendente en sus tramos bajos.

El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta actualmente la sociedad a nivel global y un reto especialmente significativo para España, testigo en los últimos años de episodios meteorológicos extremos cada vez más frecuentes en forma de, por ejemplo, sequías prolongadas o lluvias torrenciales. Estos fenómenos tienen un impacto directo en los recursos hídricos ya que no sólo hacen, en algunos casos, que disminuya significativamente su disponibilidad ante una demanda creciente, sino que también afectan a su calidad.

La industria y la energía son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero que se generan en Tarragona. Cada uno de estos sectores aporta el 35% de los contaminantes que la provincia emite a la atmósfera, según datos del último Informe sobre el estado del Medio Ambiente en Cataluña correspondiente al periodo 2016-19.