El Gobierno de Baleares invertirá 180 millones de euros a lo largo de 2025 en la implementación de un proyecto pionero para optimizar la gestión sostenible de los recursos hídricos en las islas.

Todos los adjetivos escuchados tras la firma han sonado grandilocuentes. Histórico, definitivo, garantista. "Supone el fin del último muro que se levanta en la Europa continental", proclamaba el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares. Tras infinidad de reuniones y cinco años después del Brexit, España (y la Unión Europea) han pactado con el Reino Unido el acuerdo para el encaje de Gibraltar.

Los eventos meteorológicos extremos son una de las consecuencias más habituales y evidentes del cambio climático en todo el mundo. Los periodos de sequías prolongadas se intercalan de forma constante con episodios de intensas precipitaciones que pueden provocar desbordamientos e inundaciones urbanas.

A finales del pasado mes de junio un estudio de la Universidad de Sevilla alertaba de una "grave" contaminación en el río Guadiamar y Doñana. El documento recomendaba evitar el baño en el río Agrio, cuyas aguas registraban una elevada concentración de metales tóxicos. Según el informe, la situación era consecuencia de un proceso de acidificación del agua procedente de las escombreras de la Mina de Aznalcóllar (Sevilla) tras las lluvias registradas en marzo.

El trasvase Tajo-Segura es, desde hace décadas, asunto de disputa entre regiones, pero en las últimas semanas se ha vuelto a colocarse en el foco de la polémica debido a la posible actualización de las reglas de explotación que rigen el funcionamiento de esta infraestructura.

Las altas temperaturas, el uso de piscinas y la mayor frecuencia de riego tanto en zonas ajardinadas como en cultivos hacen que la demanda de agua se incremente notablemente durante los meses de verano.

Los objetivos son tan claros como ambiciosos. En apenas unas líneas, la Unión Europea ha escrito la pauta para sortear una realidad más que evidente: el agua, siendo vital para nuestra existencia, no puede simplemente darse por sentada. Y especialmente en un contexto como el actual, en el que las consecuencias de la actividad humana y la emergencia climática están acelerando tanto la escasez como los peligros relacionados con este recurso.

Ante un escenario global donde la escasez de agua es una preocupación creciente, España se posiciona como ejemplo a seguir en cuanto a la implementación de tecnologías para la gestión sostenible de este recurso. A las puertas del XIV Congreso Internacional de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR), que se celebra en Tenerife del 24 al 26 de junio y en esta ocasión conmemora los 60 años del inicio de la desalación en España, Domingo Zarzo, presidente de la asociación, destaca en elEconomista.es el papel clave de estos recursos para enfrentar el estrés hídrico y repasa los retos y oportunidades que afronta el sector en cuanto a sostenibilidad y seguridad del agua.

En la naturaleza nada se desperdicia: las hojas caídas alimentan al bosque, los restos de un animal nutren y generan nueva vida; los residuos se convierten en nuevos recursos reintegrándose en un ciclo infinito. Ese equilibrio que se observa en la naturaleza es la esencia misma de la economía circular.

Una nueva advertencia invisible consecuencia de una amenaza más que palpable. Por primera vez, un equipo de científicos ha encontrado microplásticos en el líquido folicular del ovario, desatando una seria preocupación sobre las garantías de fertilidad de las mujeres. El estudio, publicado en la revista Ecotoxicology and Environmental Safety, ha detectado partículas microscópicas de plástico capaces de comprometer el elemento esencial para el desarrollo de los óvulos, el equilibrio hormonal y la salud reproductiva.