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Sun, 18 Jul 2021 12:41:40 +0200
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Los efectos del calentamiento global son tan significativos que están impactando en todos los puntos del planeta, y su consecuencia más evidente es la disminución de las reservas de agua dulce por derretimiento de glaciares o pérdida de masas heladas. El retroceso de estos fenómenos está cobrando especial importancia en las últimas décadas, ya que el aumento de la población mundial puede hacer que, en un futuro cercano, nos enfrentemos a un problema global de escasez de agua. Ante esta realidad, el continente antártico desempeña un papel fundamental. Se calcula que en sus 14 millones de kilómetros cuadrados se encuentra el 90% del hielo del planeta y el 70% del agua potable del mundo. Sin embargo, en los últimos años, la Antártida está siendo sometida a realidades muy negativas derivadas de la crisis climática. Así, por ejemplo, el hecho de que la temperatura media haya aumentado hasta 3ºC ha provocado que las plataformas de hielo estables ahora corran peligro -desde la década de 1950 se han perdido 25.000 kilómetros cuadrados-. Durante la reciente Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA), un grupo de expertos publicó un informe en el que se advertía de que este fenómeno está empujando a esta región polar, que conecta todas las cuencas oceánicas propiciando la habitabilidad de la tierra, hacia varios puntos de inflexión que tendrán importantes repercusiones tanto para la humanidad como para la biodiversidad.