Energía

El regadío andaluz se asoma a su mejor campaña en seis años

  • La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha triplicado la dotación de riego para la temporada que acaba de comenzar tras varios años de reducciones debido a la prolongada sequía.
  • El olivar, el arroz y el algodón serán los cultivos más beneficiados por este incremento. 
Las lluvias de marzo aumentaron las reservas de los pantanos hasta dejarlos al 40% de su capacidad. EP

El paisaje de la marisma de Sevilla se volverá a llenar de arroz este 2024 después de dos años castigado por una extrema sequía que ha obligado a reducir en más de un 90% las hectáreas dedicadas a este cereal. También otros cultivos como el olivar, el pimiento, el algodón y el tomate podrán recuperar gran parte de su producción tras una de las campañas más trágicas que se recuerdan en el campo andaluz, que encadena ya seis años consecutivos de dificultades debido a la sequía, el incremento de las temperaturas y la falta de obras hidráulicas. Especialmente perjudicada se ha visto la demarcación del Guadalquivir, la más grande de Andalucía, con cerca de 500.000 hectáreas dedicadas al regadío.

Hace tan solo dos meses nada hacía presagiar que los agricultores de la comunidad iban a comenzar la temporada de riego en una situación mínimamente favorable, pero las lluvias caídas durante el mes de marzo (el tercero más lluvioso de los últimos 40 años en la Comunidad) consiguieron aumentar notablemente el volumen de agua en los pantanos hasta dejarlos al 40% de su capacidad. Este inesperado porcentaje garantiza los recursos para la población que depende de estos embalses entre cuatro y cinco años, según confirma la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

Además, el organismo ha diseñado un plan alternativo para ampliar en el tiempo la seguridad hídrica mediante un sistema basado en pozos de emergencia y captaciones en los ríos Guadalquivir y Genil.

Un 160% más que en 2023

La mejoría registrada en la cantidad de agua embalsada también se ha visto reflejada en el aumento de las dotaciones de riego. La Comisión de desembalse del Guadalquivir ha aprobado un desembalse de 1.040 hectómetros cúbicos para el riego de los cultivos del Sistema de Regulación General (SRG) durante la campaña 2024, que comenzó el pasado 25 de abril y se extenderá hasta el 30 de septiembre, y además prevé un aporte complementario de 30 hectómetros cúbicos para los cultivos del mes de octubre. También ha acordado una dotación máxima de 4.000 metros cúbicos por hectárea para los cultivos de mayor consumo de agua frente a los 6.000 de una campaña normal, lo que representa una reducción del 33% en comparación con el 88% sufrido el año pasado. En total, el volumen supone un aumento del 162% respecto a lo asignado para la campaña 2023 (385 hectómetros cúbicos).

Este aporte extra de agua va a beneficiar especialmente al olivar, que recibirá 1.125 metros cúbicos frente a los 1.500 aprobados en una situación estándar, tras un 2023 calificado por las organizaciones agrarias como "uno de los peores del siglo".

El arroz contará con una dotación de 264 hectómetros cúbicos por hectárea, dos tercios de la dotación máxima que puede tener. Los arrozales andaluces registraron la pasada temporada una actividad mínima que supuso pérdidas de más de 700 millones de euros y la pérdida de 5.000 empleos. Más allá, desde 2020 no registra una campaña bajo parámetros de normalidad.

La sequía también ha castigado con fuerza al algodón, haciendo que más del 40% de la extensión de terreno cultivada se perdiera tanto en riego como en secano.

El incremento de las dotaciones será recibido con alivio también por otros cultivos especialmente dependientes del regadío como el del tomate de industria, la remolacha, el almendro, los cítricos y los árboles frutales, que se encuentran en un momento especialmente propicio por estar a punto de comenzar la campaña de la fruta de hueso.

El incremento ha sido celebrado por los agricultores, si bien desde la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) recuerdan que la situación hidrológica sigue siendo delicada y no cambia la necesidad urgente de llevar a cabo obras hidráulicas que garanticen un suministro adecuado de agua en la región. La asociación afirma que en los últimos 15 años se deberían haber iniciado 17 obras hidráulicas, pero que tan sólo una está ya en marcha. Este retraso supone un déficit de inversión superior a los 2.000 millones de euros.

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