ELECCIONES ANTICIPADAS

Las elecciones de 2015 se presentaron como "las del cambio". Por primera vez desde la culminación de la Transición, los nuevos partidos amenazaban el statu-quo y lo hacían exigiendo reformas de casi todo. A la primera, una aritmética parlamentaria endiablada y las pocas ganas de pactar (Podemos y Ciudadanos se excluyeron mutuamente de las negociaciones) llevaron directamente a otras elecciones, tras las cuales han gobernado, por primera vez en estos cuarenta años, dos presidentes de partidos distintos: Mariano Rajoy, apoyado por Ciudadanos, y Pedro Sánchez, con el apoyado por Podemos y los nacionalistas.

RADIOGRAFÍA DE LA JUBILACIÓN EN ESPAÑA

Nunca hasta ahora había habido tantas altas de jubilación en un año como en 2018. Según los datos de la Seguridad Social, en 2018 se produjeron 328.159 altas de jubilación, lo que supone un récord histórico y un crecimiento del 6% respecto al año anterior. La demografía (se están retirando cohortes de edad muy numerosas, aunque aún no han llegado los baby boomers) y el miedo a que los cambios normativos endurezcan la jubilación hacen que se haya marcado un nuevo récord histórico.

Economía

El año 2018 fue, en líneas generales, positivo para el empleo en España. Se cerró por primera vez desde el año 2007 con más de 19 millones de afiliados y se crearon 536.000 puestos de trabajo, una cifra algo más baja que los 611.000 del año pasado y muy cerca de los 540.000 del año 2016, mientras la tasa de paro bajaba del 15%. Pese a las buenas cifras absolutas, la "letra pequeña" de los datos de empleo muestran también otra realidad: la precariedad acompaña a la creación de empleo de los últimos años.

El gasto en pensiones se ha duplicado en 15 años

Antes de empezar a pensar en qué gastar los 365.520 millones de euros de los que dispone el Gobierno, ya sabe que no podrá contar con más de la mitad de ese importe, que está reservado para dos de las partidas más relevantes del Presupuesto: las pensiones y la deuda. Entre ambas, comprometen más de 185.000 millones de euros, lo que supone el 50,7% del presupuesto, el mayor porcentaje hasta ahora. Es la segunda vez en la historia (la anterior fue en 2017) que suman más del 50% del presupuesto de gastos.

Economía

Se podría decir que 2018 empezó con un Gobierno en minoría, forzado a prorrogar los presupuestos del año anterior al ni siquiera haber llevado al Congreso unos nuevos. Y termina igual. Sólo que entre medias han pasado muchas cosas, incluido el primer cambio de Gobierno tras una moción de censura desde la Transición. A pesar del vuelco político (no sólo cambió el Gobierno nacional, sino que también hubo relevos en la presidencia de dos comunidades tan grandes como Madrid o Cataluña y todo apunta a que también lo habrá en Andalucía en las próximas semanas).

¿Qué más se podría hacer?

Hay que remontarse casi 80 años atrás para ver un primer semestre con menos nacimientos que el de este 2018: la cifra es la más baja en un primer semestre desde 1941, cuando comenzó la serie histórica. Por aquel entonces acababa de terminar la Guerra Civil y sus efectos aún se notaban (y se notarían unos años más). La España de ahora tiene poco o nada en común con ese país de la posguerra, con una excepción: la natalidad.

ELECCIONES

Vientos de cambio en la Junta de Andalucía. Tras 36 años de gobiernos socialistas, todo apunta a que habrá acuerdo entre PP y Ciudadanos, con el apoyo de Vox, para dar un vuelco a la Junta. Susana Díaz se ha declarado vencedora de las elecciones de este 2 de diciembre en las que sin embargo el PSOE ha firmado su peor resultado en Andalucía hasta la fecha, un 27,95% de los votos que puede costarle una salida histórica del Gobierno. Con 33 escaños, 14 menos que en 2015, los socialistas se quedan muy lejos de poder gobernar por sí solos. No es suficiente ni siquiera con los 17 diputados de Adelante Andalucía para llegar entre los dos a los 55 que requiere la mayoría absoluta. Es Vox el contrapunto a la debacle de la izquierda. Su irrupción en el parlamento andaluz con 12 escaños ofrece la posibilidad de un gobierno de derechas: la suma de 59 parlamentarios junto con PP (26 escaños) y Ciudadanos (21).

Elecciones

Al margen de Cataluña (cuya vida política transcurre claramente por otros derroteros), Andalucía afronta las que se pueden considerar las primeras elecciones autonómicas postcrisis. Por primera vez en casi una década, se afrontan unas elecciones autonómicas sin que el yugo del déficit condicione los programas electorales, lo que ha llevado a que los partidos recuperen una de las más tradicionales batallas: la fiscal. Partido Popular y Ciudadanos, que ya arrancó al Partido Socialista la práctica desaparición del impuesto de Sucesiones, buscan la segunda plaza tras Susana Díaz con una dura competición en rebajas electorales. Por el contrario, el PSOE intenta mantener su ventaja y destacarse de Adelante Andalucía con su propia competición en medidas sociales que conllevan más gasto público y con alguna nueva deducción.

Presupuestos

La cercanía de las elecciones (se celebrarán en 13 comunidades el 26 de mayo) ha llevado a los gobiernos autonómicos a tomar dos actitudes divergentes. Por un lado, están los que no han querido arriesgarse a pasar por un trámite presupuestario tortuoso y han decidido no iniciar los trámites, como es el caso de Castilla y León, Aragón o Castilla-La Mancha (tampoco lo han hecho Andalucía, inmersa en su propio proceso electoral ahora mismo, y Cataluña, cuyo gobierno ha declinado hacerlo por ahora). Y, por otro, están las comunidades que han decidido hacer de las cuentas de 2019 su primer objeto de la campaña electoral, con aumentos de gasto muy por encima de los años anteriores.

Economía

En lo que se refiere a gestión económica, el ciudadano de a pie suele considerar a las administraciones públicas como una especie de familia a lo grande, con muchos gastos que afrontar, pero también con muchos ingresos. Quizá por ello, se presupone a quienes gobiernan esas administraciones públicas una cierta racionalidad, mayor que la de la de una familia cualquiera. Pero, al menos en lo que se refiere a las previsiones de ingresos, esa racionalidad brilla por su ausencia porque siempre esperan una recaudación mayor que la que en realidad se produce. Y no una vez, sino año tras año.