
Hay que remontarse casi 80 años atrás para ver un primer semestre con menos nacimientos que el de este 2018: la cifra es la más baja en un primer semestre desde 1941, cuando comenzó la serie histórica. Por aquel entonces acababa de terminar la Guerra Civil y sus efectos aún se notaban (y se notarían unos años más). La España de ahora tiene poco o nada en común con ese país de la posguerra, con una excepción: la natalidad.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), nacieron en España 179.794 niños entre enero y junio de 2018, lo que supuso un nuevo hito para la demografía española en las últimas décadas: por primera vez nacieron menos de mil niños al día en España.
La caída de natalidad y el consiguiente envejecimiento de la población española es un fenómeno generalizado. Sólo Melilla y Guadalajara registran ahora más nacimientos de los que que se contabilizaban en 1976. En el lado contrario, Zamora, donde la natalidad ha caído más de un 68% respecto a las cifras de 40 años atrás. Pero Zamora no es una excepción, sino que hasta 20 provincias más registran ahora cada año la mitad o menos nacimientos de los que tenían en la década de los 70. En general, el noroeste es el más afectado por este fenómeno, con Asturias, Ourense, León y Vizcaya registrando caídas de más del 60% respecto a los nacimientos de 1976.
Los datos del primer semestre apuntan a un problema demográfico especialmente acusado en esa misma zona. Soria ha sido la primera provincia en bajar de los dos niños nacidos diarios, al registrar 324 alumbramientos en los primeros seis meses del año, pero hay otras seis provincias que están cerca de bajar de los dos nacimientos diarios. En Zamora, Ávila, Teruel, Palencia, Ceuta y Segovia ya nacen menos de tres niños al día y la cifra no deja de bajar.
Tras publicarse estos datos, los expertos han alertado del grave problema demográfico que podría afectar a España en las próximas décadas, con una población muy envejecida y pocos jóvenes. Sin embargo, no sólo llaman la atención las cifras, sino también la escasa atención a este problema que se toman las autoridades españolas.
España gasta un punto del PIB menos que la OCDE en ayudas a la familia
Según la OCDE, España es el octavo país desarrollado que menos gasta en políticas familiares. La organización indica que, mientras la medida de la OCDE gasta un 2,43% de su PIB a ayudas familiares, España dedica prácticamente un punto menos. La OCDE ha elaborado estas estadísticas con datos de 2013, los últimos disponibles. Estas cifras contrastan con las de otros países de nuestro entorno, como Reino Unido o Francia, donde dedican cada año casi el 4% de su PIB a beneficios familiares, o Alemania, donde este gasto equivale a más del 3% del PIB.
España dedica menos que el resto de los países desarrollados a casi todos los aspectos relacionados con las familias. Por ejemplo, de media dedica el 0,52% del PIB en ayudas directas a las familias, menos de la mitad que el 1,25% del promedio de los países de la organización. En servicios, España dedica el 0,45% del PIB, también menos de la mitad que la media de la OCDE (0,94%) y sólo empata en rebajas fiscales, con un 0,23% del PIB.
España no sólo invierte menos que el resto de los países desarrollados en la familia, sino que también ha sido uno de los países donde se han notado los recortes en la materia. Según la OCDE, las ayudas familiares pasaron del 1,7% del PIB en 2009 al 1,46% en 2014.
España invierte tres veces menos que Francia en cada niño menor de dos años
Una de las diferencias es la inversión en la educación previa al colegio. Según la OCDE, la inversión española en la materia equivale al 0,5% del PIB, una décima menos que la media de la Eurozona y dos menos que la media de la OCDE. Una de las grandes diferencias entre España y los países de nuestro entorno es la inversión en cuidados en niños de 0 a 2 años. Según la OCDE, en datos en paridad de poder adquisitivo, España invierte 1.400 dólares en cada niño menor de dos años, una cifra tres veces menor a los 6.200 dólares de Francia y menos de la mitad que los 3.400 dólares de Alemania.
Al margen de las ayudas públicas, la renta de las personas en edad de tener hijos aún no ha recuperado el nivel previo a la crisis, al contrario de lo que sucede con las rentas de los mayores de 65 años. Según el INE, el grupo entre 16 y 29 años tenía una renta media por unidad de consumo de 17.023 euros en 2017, un 6,7% menos que en 2009. Entre los 30 y los 45, la renta media es de 18.831 euros, con una caída del 3% respecto al ejercicio 2009.
A pesar del descenso de la natalidad, no ha habido grandes cambios en la política española en los últimos años. Hace prácticamente dos años, el Gobierno creó el Comisionado para el Reto Demográfico con la idea de que elaborase un informe en seis meses, pero este informe aún no se ha presentado. Estaba previsto para este 2018, pero con el cambio de Gobierno tras la moción de censura, habrá que esperar unos meses más.
El aumento de las bajas de paternidad, entre las pocas medidas para natalidad
Al margen de ello, ha habido pocas novedades. Rajoy prometió un plan para incentivar la natalidad, pero quedó en algunas deducciones en el IRPF y la ampliación del permiso de paternidad a cinco semanas. El plan presupuestario entre PSOE y Podemos incluye la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad a partir del año 2021 y la posibilidad de que los ayuntamientos dediquen 330 millones de su superávit presupuestario a la educación de 0 a 3 años.
No es de extrañar, por tanto, que la Encuesta de Fecundidad publicada por el INE hace unas semanas, las mujeres de más de 35 indicaran que "las razones laborales o de conciliación de la vida familiar y laboral y las económicas" son las más importantes por las que las mujeres han tenido menos hijos de los deseados. La existencia de una asignación familiar está entre los incentivos que demandan las mujeres españolas para tener más hijos, junto con la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad, la equiparación entre ambos y la posibilidad de tener horarios flexibles en las empresas.
Según esta encuesta del INE, el 21% de las mujeres entre los 18 y los 55 años han tenido menos hijos de los deseados y dos terceras partes desean tener dos o más hijos. Sin embargo, la realidad muestra que la media está en 1,31 hijos por mujer.