Ferran Brunet
En este otoño parece que se precipita el ocaso del separatismo catalán o por lo menos que su desafío a la democracia española entra en la fase de desenlace. Desde hace años, inestabilidad política, confrontación social y decadencia económica hacen mella en Cataluña. Centenares de miles de personas han demostrado repetidamente en la calle hasta qué punto somiaven truites (creer posible lo que es irrealizable).