Opinión

Google, la competencia y Europa

  • Google tiene una posición dominante en los buscadores
La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.

Estos tres valores deben ser compatibles. Google representa alta tecnología, eficiencia y globalidad. La competencia representa el mejor estado de los mercados, donde nadie en particular fija el precio, lo que promueve la productividad y la competividad de las empresas, así como el empleo y bienestar de los consumidores. Europa representa el entendimiento de los pueblos, la no discriminación por nacionalidad, el gran mercado común que potencia el desarrollo tecnológico y el empleo, y es garante de los derechos de los ciudadanos.

La Comisión Europea ha remitido un pliego de cargos a Google en el que alega que la empresa ha abusado de su posición dominante en los mercados de servicios de búsqueda en Internet al favorecer sistemáticamente sus productos de comparación de precios y al añadir anuncios al principio de la presentación de los resultados de las búsquedas de los usuarios.

La opinión preliminar de la Comisión es que tal conducta infringe las reglas antimonopolio de la UE al obstaculizar la competencia. Además la Comisión ha abierto a Google otra investigación antimonopolio sobre su sistema operativo para móviles Android en la sospecha de que ha celebrado acuerdos contrarios a la competencia y abusado de su posición dominante.

Google tiene una posición dominante en los buscadores de Internet (90% en Europa, 70% en América) y algo menos en el software de móviles (75% en todo el mundo, merced a su subsidiaria Android). Tras Google en estos mercados se hallan otras dos empresas de origen californiano y de éxito como son Apple y Microsoft. Recordemos tres otros aspectos sensibles: aunque virtuales, los resultados Google son clave para la competencia en casi todos los mercados y actividades; Google maneja información muy sensible de todas las personas físicas y jurídicas; finalmente, como otras empresas globales, Google está inmersa en procedimientos sobre evasión fiscal internacional.

La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, tras anunciar las dos decisiones mencionadas de la Comisión sobre Google, ha señalado que los resultados de las investigaciones no deben prejuzgarse. La posición dominante de Google es obvia pero debe probarse que abusó de ella con prácticas contrarias a la competencia que excluyeron empresas competidoras de Google y distorsionaron los mercados. Dado su volumen de negocio, Google puede ser multada hasta con 6000 millones de euros. También cabe imponer la partición de Google.

Google seduce, ejerce su posición dominante y arrolla por su tecnología y los efectos de ésta sobre todos, alcanzando a ser amo de Internet. Luego, Google asusta a casi todos, inquieta a muchos e indigna a algunos. Google levanta ampollas entre las empresas de telecomunicación (telefónicas, que ponen las redes) y de comunicación (televisiones y editoriales, que ponen los contenidos): ellas hacen las grandes inversiones mientras que los grandes beneficios se los llevan Google y las empresas de software -a menudo subsidiarias de ésta o de aquéllas-, en un modelo de negocio dónde no se cobra al usuario por el servicio impagable que recibe sino a sociedades terceras en concepto de visibilidad y de publicidad, cuyo mercado Google ha soliviantado.

También las entidades financieras, y en particular la banca minorista, temen por la captura de sus clientes por los sistemas de pago que Google auspicie. En este contexto, la apertura de dos expedientes a Google muestra la confianza de la nueva Comisión Europea en la política de competencia. Por otra parte, la caída de las cotizaciones de las compañías citadas hasta aquí y de Yahoo, Facebook, Twitter, Amazon y otros gigantes 'virtuales' de Wall Street, reflejan el nuevo riesgo de Google.

Todos estamos concernidos por Google: las empresas (por la merma de oportunidades y beneficios), los ciudadanos (despojados de privacidad y derechos) y los Estados (con democracia, fiscalidad y soberanía limitadas). Google parece más que una compañía mercantil. Pero es una empresa pura y dura: naturalmente, maximiza su rentabilidad financiero-fiscal neta en un contexto global y virtual muy favorable y prestando servicios que han devenido cruciales.

Junto a los contenciosos con la Unión Europea, Google tiene varios conflictos con Estados Unidos. En plena negociación del Transatlántica Trade and Investment Partnership, y siendo así que Google es más irlandesa que americana (¡por lo menos en la fiscalidad que grava sus beneficios!), EEUU y la UE deberán entenderse sobre la regulación del Gran Hermano de la red. El caso Google impulsará la confluencia entre la política antitrust americana y la política europea de competencia. Para los europeos, pues, la Unión aparece como un ancla en el progreso y la libertad.

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