Tribuna
Sentir el sol en la cara, tumbarte en la hierba, oler una flor, hundir tus dedos en la arena de la playa... pequeños gestos que seguramente nunca nos habíamos planteado que echaríamos tanto de menos, ¿verdad? Cómo pensar que algún día estaríamos tan alejados de la naturaleza, prisioneros en nuestras propias casas. Un punto de inflexión en nuestras vidas que debería cambiar la forma en la que percibimos lo que nos rodea o dónde vivimos.