Aunque a veces lo parezca, por lo recurrente que es en mercado para explicar las fuertes oscilaciones de las bolsas, la volatilidad no es algo etéreo. Permite palpar con números cuánto se ha desviado la rentabilidad de un determinado activo de su media. En fondos, la forma de medir esa volatilidad es a través de la desviación típica.