Cirilo Arnandis
Los últimos movimientos de la Comisión Europea en materia de sanidad vegetal son cuando menos inexplicables. Ante la demanda unánime de los representantes del sector citrícola -productores, cooperativas y comercio privado- de aumentar los controles a las importaciones procedentes de terceros países, para evitar así la entrada en nuestras fronteras de diferentes plagas y enfermedades que serían devastadoras, la respuesta es su voluntad de relajar las condiciones de control vigentes. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Agro